Cada vez que se inaugura un nuevo régimen de gobierno, se abren esperanzas, se recrean posibilidades de cambio, se plantean interrogantes como: ¿tal vez éste sí?, sin embargo, al final del día, uno se desencanta de nuevo y vuelve a preguntarse y ¿ahora qué? Y estas reflexiones las hago, sobre la base de escuchar a varios expresidentes durante el Foro de Esquipulas que recientemente se llevó a cabo.
Todos, absolutamente todos, coinciden en la necesidad de superar las grandes brechas de desigualdad que existen en sus países, las reflexiones finales de este interesante foro, por parte de los expresidentes demostró que a pesar de la posibilidad del ejercicio de gobierno en democracia, se resiente la necesidad de abordar esas problemáticas que preocupan a los gobernantes después de haber ejercido su gobierno. Tengo que decir, con cierta vergüenza, pero desafortunadamente, pude comprobar el pobre discurso de nuestro anterior Presidente Colom, desentonó, no pudo responder con la propiedad que el resto lo hizo y a pesar que la pregunta podría ser limitativa, no tuvo la soltura del resto para salirse de la tangente y enriquecer sus reflexiones, sino contrariamente, francamente fue pobre.
Me llamó la atención en el foro la forma de dirigirse a los expresidentes, pues a todos se les llamaba como Presidentes, una costumbre muy gringa, en donde a todos los expresidentes, se les llama con ese respeto de haber llegado a la magistratura más alta de cada país, creo que es parte de ir mejorando el reconocimiento de nuestros presidentes, aún con aquellos que tengamos diferencias, el respeto a su investidura lo merece.
Me gustaron los discursos del Presidente Mesa Lago, se nota su formación social y su planteamiento mayormente académico. El Presidente Samper es una persona interesante, pues además de su discurso, se denota su capacidad de intercalar bromas y anécdotas que enriquecen y hacen agradable su discurso. El Presidente Novoa fue impresionante con su parecer respecto de la familia y en contra de la diversidad sexual.
Igualmente, dentro del mismo foro, de las pocas exposiciones que pude presenciar, me llamó la atención las coincidencias que se mostraron por exponentes como Ricardo Gómez Gálvez, Marco Vinicio Cerezo y Gustavo Porras, aunque en diferentes contextos, pero con coincidencias en materia de las desigualdades. “Maco” fue francamente profundo en su presentación, habló sobre la cuestión ambiental, pero la enfocó desde la perspectiva social y política, en donde claramente planteó la necesidad de un diálogo real y no para ganar tiempo, que demanda de los gobiernos para escuchar a las poblaciones en donde se ubican proyectos mineros. La criminalización, la persecución y la cárcel, no constituyen argumentos de la democracia sino atisbos de dictadura militar, pero fuera de contexto.
Ricardo planteó un ejemplo de Japón después de las bombas atómicas y cómo sus funcionarios pasaron por la preocupación inicial de ¿cómo le vamos a dar de comer a nuestra gente?, para luego pensar en la reconstrucción. Igualmente, me gustó una frase con la cual concluyó su presentación: no se puede construir la comida sobre la mesa de la miseria.