La reorganización administrativa total del Congreso de la República llevará no menos de 20 años para resolverse.
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El parlamento guatemalteco enfrenta el problema de su crecimiento desmedido después de la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que ha afectado la carencia de la parte material para el desenvolvimiento de diputados, refirió el presidente Roberto Alejos.
«El Congreso creció desordenadamente en sus instalaciones, su personal y algunos montos que hubo necesidad de ir improvisando», analizó.
VENTAJA
Los nombramientos de un nuevo gerente y subgerente, gente con experiencia en la cosa parlamentaria, es una ventaja porque ellos se ocuparán de devolver el orden, según la percepción de los directivos del Congreso.
La Presidencia de este Organismo visualiza que están ante la carencia de sitios apropiados para albergar a cada diputado y satisfacer sus necesidades urgentes, como atender las visitas de sus electores, trabajo de comisión y de bancadas.
Algo que es notorio a todas luces es el poder que las bancadas mayoritarias poseen. Por ejemplo, el bloque oficial, durante el último trimestre 2008, amplió el área vecina al parqueo y que ocupaba la dirección de protocolo.
Mientras tanto algunas oficinas todavía cumplen doble función, diputados que consiguieron un espacio mínimo, reducido y poco suficiente lo utilizan como sede de sala de trabajo y oficina de bancada.
Tal el caso que la misma comisión de Gobernación, que tiene una amplia responsabilidad para la discusión de la Ley de Armas y Municiones, y que hasta hoy no ha contado con su propio espacio, los insumos son insuficientes; sus integrantes comentan que recientemente una de sus impresoras colapsó por la cantidad de material que necesitaban reproducir.
ESPACIO Y POBLACIí“N
El problema del parlamento guatemalteco es que ha quedado a la zaga, alberga actualmente a 158 diputados y casi dos mil empleados, y el gasto por concepto de alquileres es elevado.
Con la actual readecuación de espacios, el Congreso ya trasladó el departamento de personal hacia el antiguo edificio del Ministerio Público que, hasta hoy sigue siendo reacondicionado.
Según Alejos, la necesidad de contar con un edificio propio sigue creciendo, debido a que el 85% de su presupuesto anual está enfocado a gastos en salarios, prestaciones y el pago de alquileres; otro 14% es utilizado en servicios básicos y administración.
«El mayor problema es la falta de espacios suficientes y amplios para atender a los distintos sectores que a diario llegan para tratar temas de la vida nacional, pero también se ha descuidado la parte de tecnificación, profesionalización y actualización del personal», indicó Roberto Alejos.
Asegura que en los próximos meses esperarían devolver por lo menos tres casas que alquilan porque en algunas de ellas se paga por todo el espacio y apenas funcionan cuatro o cinco oficinas.
El problema global es que se debe contar con los servicios de telefonía e internet, por ejemplo en lugares que no son propiedad del Congreso.
Además, a lo interno del viejo edificio sigue siendo que no se ha podido poner a funcionar en ciento por ciento el tablero electrónico para monitorear la asistencia y la actividad de los parlamentarios dentro del hemiciclo.
A finales de febrero está previsto que el tablero y la implementación de los «chip» entre a funcionar en su totalidad, informó.