Desmiente muerte de lí­der talibán


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Portavoces del Talibán rechazaron hoy algunas informaciones que señalaban que el lí­der del grupo, el Mulá Mohamed Omar, esté muerto, al asegurar que un mensaje telefónico y un mensaje colocado en internet eran falsos.

Por PATRICK QUINN
KABUL / Agencia AP

El vocero Zabiulá Muyajid dijo a la Associated Press que el mensaje de texto que fue enviado a los periodistas a su nombre era falso y que fue resultado de una intrusión a su teléfono celular.

«Está vigilando las operaciones en el paí­s. Personas fuera de la organización debieron haber ingresado indebidamente a los teléfonos y al portal del Talibán», dijo Muyahid a la AP y culpó a las organizaciones de inteligencia estadounidenses y señalo que éstas intentan «desmoralizar al Talibán».

Los rumores se extendieron en torno a la muerte del Mulá Omar cuando en un mensaje de texto anterior presuntamente enviado por Muyajid se anunciaba a nombre del grupo que el «Amir-ul-Mominí­n» o «el comandante de la fe de los musulmanes» habí­a fallecido. Ese tí­tulo es reservado para el lí­der del Talibán.

Otro vocero del Talibán, Qari Yousef Ahmadi también desmintió los rumores en un comunicado telefónico con la Associated Press en el sentido de que habí­a muerto el Mulá Omar.

Autoridades afganas y de la coalición militar dijeron que no podí­an confirmar los rumores de su muerte.

«Esos agentes que han estado sin éxito en Afganistán ahora están tratando de utilizar estas tácticas para bajar la moral a los muyaidines», dijo Yousef Ahmadi.

Un mensaje que Muyajid envió más tarde desde un número telefónico diferente nuevamente negó la muerte del lí­der.

«Los enemigos del Islam han dado a conocer noticias de que sospechan que Amir-ul-Mominí­n está muerto», decí­a el segundo mensaje. «Esto no tiene fundamento. Es una mentira. Amir-ul-Mominí­n está vivo y ocupado con sus tareas diarias y organizando a los muyaidines».

El Mulá Omar ha encabezado una década de insurgencia contra la coalición militar encabezada por Estados Unidos y el gobierno del presidente afgano Hamid Karzai. El gobernaba Afganistán como lí­der del Talibán antes de que comenzara la guerra el 7 de octubre de 2011, después de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos. La decisión de invadir estuvo relacionada con la decisión del Mulá de dar refugio al hoy lí­der muerto de al-Qaida, Osama bin Laden.

Las acciones de violencia se han incrementado recientemente en Afganistán luego que la coalición encabezada por Estados Unidos inició un proceso de transferencia de la seguridad en algunas regiones en las que se considera que las fuerzas afganas son lo suficientemente fuertes para controlar.

Hasta ahora, la transferencia se ha limitado a las capitales provinciales mientras que gran parte del paí­s se mantiene sin un control e inestable tras una década de guerra. La transición a fin de cuentas llevará al retiro de todos los soldados extranjeros para finales del 2014.

El miércoles, las fuerzas estadounidenses entregarán la responsabilidad del control de la ciudad de Lashkar Gah, la capital del la provincia de Helmand, azotada por la guerra.

Sin embargo, las fuerzas de la coalición conservarán la responsabilidad de otras regiones en la provincia de Pashtun, que permanece bajo el influjo del Talibán y de otros grupos insurgentes.

Los insurgentes han venido atacando las áreas de transición a fin de convencer al pueblo afgano que no pueden confiar en las fuerzas de seguridad afganas para protegerlos.

En Mazar i Sharif, un atacante suicida que iba en bicicleta provocó una explosión el miércoles y mató a cuatro civiles, entre ellos a un niño, dijo Sher Jan Durani, portavoz de la policí­a provincial. Otras 10 personas resultaron heridas en la explosión, que ocurrió en el extremo sur de la capital de la provincia de Balkh.