Desesperante costo de vida


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Tal situación que viene de tiempo atrás, actualmente rebasa todo cálculo. Razón por la cual se pasan momentos difíciles en todo sentido, mayormente los sectores vulnerables viven con una mano adelante y otra atrás. El resto, en un porcentual considerable también pasa problemas cuya sumatoria refleja algo distante de encontrarse en un lecho de rosas.

Juan de Dios Rojas


Aunque existen parangones disímiles como referentes en demasía, entre la constante tiene señalamiento en torno a la crisis económica mundial. Su preyección involucra a los países por parejo, qué digo, a su manera. En lo concerniente a nuestro país representa algo sumamente serio, en pocas palabras seguimos igual, pese a los anunciados cambios ofrecidos.

Quienes conforman la cúpula del CACIF, en sus diversas cámaras, por supuesto están rodeados de bienestar. Otro tanto ocurre, lo vemos con suma facilidad en la cúpula gobernante, mediante las argucias crecientes de la política y cuanto se origina en dicho campo marrullero siempre, dispuesto a llenar los bolsillos, a semejanza de un costal sin fondo ni vergüenza.

Parece reiteración sobre igual temática, pero es verdad, no se puede cubrir, excepto recurran a “mentir, mentir y solo mentir, hasta que la mentira parezca verdad”. Eso significa tapar el sol con un dedo; nadie cree al final de cuentas. Cada día los precios de productos, bienes y servicios expresan disparos tremendos, ante la indiferencia de las autoridades.

Da la impresión de un conformismo a ultranza en el discurrir de semanas y meses. Sobre todo lo atinente a la Canasta Básica, que da tanta alza sin tope, semeja un mero guacal, cuando mucho una palangana. Usuarios y clientela, según el caso, experimentan situaciones rayanas en el sufrimiento cotidiano. Y claro, reducen hasta el extremo la demanda por la crisis.

La sucesión de alzas es imparable, mediante argucias que se sacan de la manga. Empero, no vemos mecanismos, acciones o como quiera llamarse del Gobierno Central. Los ministerios abundantes ya, en ritmo de una burocracia campante, nada de nada. Cuando mucho recurren a solo más a anunciar que se debe a los precios internacionales, con una desfachatez increíble.

El colectivo, sin recursos, acuden sin opción diferente, a los mercados cantonales a obtener dos,  o tres cosas básicas, empero, estirando la chamarra que por cierto ya no da más. Carnes, verduras y frutas, a veces conformes quedan con darles un simple vistazo. En consecuencia la dieta popular anda en trapos de cucaracha, visto está, aunque no existe alivio del caso.

Los de a pie, hace mucho rato pasan penalidades a montón, el poderoso don dinero brilla por su ausencia en sus hogares llenos de limitaciones sin trabajo fijo, salvo de vez en cuando, a duras penas les alcanza para pagar el alquiler de la modestísima pieza, rubro que también anda por las nubes. Hay una conocida expresión: luces y sombras; pero en el presente tema originado del asunto que llegó para quedarse, solo “sombras nada más…”

Suman y siguen disquisiones en relación al asunto comentado en estos renglones. El presidente Pérez Molina tiene en sus manos determinados proyectos, al parecer con miras a entrarle de lleno. En la búsqueda del bien común, que nuestra Constitución establece al inicio del texto. Sin embargo, amerita de inmediato abordar con premura el alto costo de vida por las nubes.

A propósito, si el conformismo del conglomerado en expansión no puede satisfacer dicha necesidad básica del orden alimenticio, queda al margen una importantísima necesidad. Algunas cosas, señala el permamente indicador que reza: lo demás viene de rodadas, o por añadidura, por supuesto mediante esfuerzo tesonero, también de calificativo inaudito simpre.

Es deseable sobremanera no soslayar este prioritario tema, consistente en redoblar esfuerzos -reitero- en procura del tantas veces mencionado abaratamiento de la Canasta Básica, en primer término. Constituirá un autético calvario que los connacionales en cifras alarmantes llegarán hasta comerse las uñas. Que el combate frontal a esa crisis tremenda sea una realidad.