A mí me da la impresión de que los únicos que no están preocupados y ni enterados de la desesperación colectiva ante la incontenible ola de violencia criminal que azota al país, son los altos funcionarios encargados de la seguridad del Estado, especialmente el ministro de Gobernación y el mismo presidente  Colom.
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Como columnista yo puedo medir empíricamente el grado de insatisfacción de los guatemaltecos y el clamor porque el mandatario no siga posponiendo las medidas saturadas de inteligencia que viene pregonando desde que era candidato presidencial, al leer comentarios que mis pocos lectores envían al portal de La Hora y quienes escriben a mi dirección electrónica cada vez que abordo el tema del crimen organizado, la delincuencia común y las pandillas juveniles denominadas maras, que en conjunto se convierten en un solo cruel fenómeno de criminalidad.
Si tomo como muestra los mensajes recibidos y las acotaciones a mi columna del pasado lunes, cuando enfoqué las circunstancias que afrontan padres de familia, estudiantes, pilotos de autobuses urbanos y propietarios de pequeños negocios de Mixco de cara a las extorsiones que exigen distintas clicas de las maras, podría llegar a la conclusión de que el gobierno de la UNE se ha convertido en una mascarada y un monigote al que cualquiera le falta el respeto, porque es incapaz de aplicar un dudoso plan, programa, proyecto o borrador para brindar seguridad a los guatemaltecos, sobre todo si se admite como verídica la versión propagada por el Ministro de Gobernación, en el sentido de que él es el autor de ese documento que debe estar guardado en un cofre con siete llaves, y no de seguridad, precisamente.
 Respecto a la pequeña muestra de opinión, les comparto algunas de las frases de quienes enviaron sus acotaciones a la página web de La Hora, omitiendo algunas palabras muy groseras. Don Aníbal Pérez se pregunta «Â¿Y qué tal si desconocemos, por elemental necesidad de sobrevivir, al Gobierno, un ente extraño y ajeno?», e implícitamente apoya a los vecinos de Mixco y a su alcalde Amílcar Rivera al sugerir que los habitantes de todas las colonias se organicen y que «`procedan rápido: manos a la obra», mientras que el lector Luis Juárez también lanza otra interrogante cuando escribe «Â¿Qué se puede esperar de este gobierno mediocre? Sólo pobreza y muerte».
El señor Erick Ricardo Búcaro añora al dictador Jorge Ubico, en tanto que don Alexis Carreño asevera que «el estado de excepción ya debería estar establecido en Mixco; pero el Ministro de Gobernación no quiere ofender a su amos, para no demeritar la imagen del país (?)». Don Julio Zamora advierte que no sólo en Mixco se afronta la aguda ausencia de seguridad pública, sino que sucede en toda la República, y el recurso «no es llorar sino organizarse y luchar», y también el lector  Juan Ramón Fuentes se pregunta «Â¿Qué nos pasa a los chapines que no nos damos cuenta antes de elegir a un equipo tan inepto como éste?».
Los guatemaltecos están desesperados y la desesperación puede conducir a la anarquía y la rebelión, presidente Colom. Atienda el clamor popular ¿O será que sólo la CICIG tiene la solución a todos los conflictos de la violencia criminal y que puede descabezar al crimen organizado, para terminar con la angustia colectiva?
 (El hijo de Romualdo Tishudo le dice: -Hace dos meses que un marero te robó tu tarjeta de crédito y vos no lo has denunciado. El padre replica: -Es que me he dado cuenta que el ladrón gasta menos que tu mamá).