Desertores regresan a Cuba


Desertores. Los dos boxeadores que abandonaron a la delegación cubana en Rí­o de Janeiro, a su regreso a La Habana.

Los boxeadores cubanos de élite mundial Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara, deportados por Brasil, llegaron ayer a Cuba, sin haber sido arrestados por su deserción durante los Juegos Panamericanos, según lo dispuso el lí­der Fidel Castro.


En lo que constituye la primera vez que Cuba admite a deportistas desertores, los púgiles fueron trasladados «provisionalmente a una casa de visita donde tienen acceso sus familiares», anunció la televisión local. Sin embargo, aún no tuvieron contacto con la prensa.

En un artí­culo publicado este domingo, el convaleciente lí­der cubano, que habí­a acusado de «traición» a los dos boxeadores, dijo que no irí­an a prisión y se «les ofrecerán tareas decorosas y en favor del deporte de acuerdo con sus conocimientos y experiencia».

«A estos ciudadanos no los esperan arrestos de ningún tipo ni mucho menos métodos como los que usa el Gobierno de Estados Unidos en (los centros de detención de) Abu Ghraib y Guantánamo, jamás utilizados en nuestro paí­s», dijo Castro, en su comentario publicado en el diario Juventud Rebelde.

Rigondeaux, campeón olí­mpico de Sidney-2000 y Atenas-2004 en 54 kilos, y Lara, monarca mundial de los 69 kilos, abandonaron el 22 de julio la Villa Panamericana antes de competir en los Juegos de Rio de Janeiro, y fueron hallados sin documentos el jueves por las autoridades brasileñas en una playa cerca de esa ciudad.

Los púgiles declararon -según las autoridades- que habí­an cometido un error, que estaban arrepentidos y querí­an volver a Cuba. Estuvieron en un hotel en custodia de la Policí­a Federal brasileña a la espera de los pasaportes, entregados luego por el consulado cubano.