Un envío de desechos nucleares reprocesados en Francia llegó hoy a Alemania con rumbo a un controvertido sitio de almacenaje que los opositores consideran inseguro.
El tren que traslada los desechos enviados cada año ingresó al occidente alemán el viernes por la madrugada después de una serie de retrasos en Francia, donde activistas dañaron las vías en un intento por detener el cargamento.
Este es el primer envío de desechos nucleares de Francia hacia Alemania desde que Berlín tomara la decisión de cerrar todas sus plantas atómicas para 2022, tras el desastre de la planta de Fukushima en Japón.
La policía dijo que se esperan menos manifestantes este año debido a la decisión de Berlín, pero 20.000 policías estaban disponibles para asegurar el embarque a una instalación de almacenamiento en Gorleben, en el norte de Alemania, cerca de la ciudad de Dannenberg.
«La policía espera protestas, pero considerando los cambios en la situación política esperamos que sean menos que el año pasado», dijo el portavoz policial Markus Scharf.
Las autoridades no han acordado dónde debería ser almacenado el desecho de forma permanente, y los activistas argumentan que el sitio en Gorleben es inseguro.
La policía alemana usó cañones de agua el jueves por la noche para dispersar a manifestantes que trataron de bloquear una intersección en Metzingen, cerca del destino del embarque, luego que algunos lanzaran fuegos artificiales y pintura a los policías.
En Francia, el presidente Nicolas Sarkozy insistió en que sería una «locura» reducir la gran dependencia del país en la energía nuclear.
Aunque otras naciones han renunciado a la energía atómica tras el desastre de Fukushima, Francia sigue siendo un bastión de su uso. Depende de la energía nuclear para generar tres cuartas partes de su electricidad, más que ningún otro país en el mundo.
Sarkozy, que se espera busque reelegirse en abril, argumenta que si dejan la energía atómica se perderían muchos empleos.