La «bomba» de la gran pantalla explota en la vida real: es tan pequeña como dicen, pero también muy simpática y más bella que en las fotos. Salma Hayek, la estrella mexicana estrena este viernes «Niños grandes», una comedia en la que comparte protagonismo con Adam Sandler. En España, ofreció esta entrevista a 20Minutos.
Una historia de cuarentones gamberros e inmaduros… ¿Cómo la convencieron?
Desde que vi «Embriagado de amor» quería trabajar con Adam Sandler, y él conmigo desde «Frida», así que no fue difícil. Además, necesitaba hacer algo cómico, reírme.
¿Sólo la llamaban para dramas?
Al principio sólo me veían en papeles sexies, y empecé a hacer dramáticos para cambiar de registro. Sigo interesada en hacer un poco de todo, pero te soy sincera: estoy tan feliz que no me apetece meterme en personajes muy oscuros.
Como dice el título, en la cinta está rodeada de «Niños grandes». ¿Tanto nos cuesta crecer?
En general, sí. ¿Sabes por qué? Porque, muchas veces, tenéis una mujer detrás que os hace el trabajo de maduración: la mamá, la esposa, la hermana… Está bien mantener el espíritu infantil, pero no cuando hay que tomar decisiones.
Usted tomó una importante cuando se mudó a Hollywood. ¿Fue muy duro?
Sí, porque las posibilidades de que saliera bien eran, casi, inexistentes. Pero, a la vez, tenía la inocencia y la ignorancia de pensar que no me sería tan difícil. Si supiera lo que sé ahora…, ¡quizá me habría vuelto!
¿Qué habría hecho de no haber podido triunfar?
Al principio no triunfé: tardé tiempo, y siempre tuve la opción de volver a México. Pero no hacerlo, quedarme, fue lo que me llevó hasta aquí.
¿De dónde sacó la fuerza para lograr aguantar?
Creo haber tenido siempre mucha energía, resistencia e imaginación. Si tienes creatividad, no puedes quedarte quieto: siempre se te están ocurriendo cosas y quieres intentar cosas nuevas. Además, y eso lo acepto y lo agradezco muchísimo, siempre he tenido la enorme fortuna de que el público me haya sido muy leal.
¿Por qué? ¿Qué hizo usted?
No lo sé: simplemente, pasó. Supongo que es una cuestión de química: durante mi carrera he hecho películas muy malas, pero el público siempre me ha apoyado.
Tanto, que hasta tuvo tiempo de fundar una productora.
Sí, y gracias a eso pude desarrollar dos papeles femeninos importantes y carismáticos: «Frida», que interpreté en el cine, y la serie de televisión «Ugly Betty». Y los dos funcionaron.
La conocemos como actriz: ¿Cómo es como productora?
Mi posición es muy creativa. Más que de números, me ocupo de ayudar a desarrollar las historias con los guionistas, involucrándonos mucho en el aspecto artístico. Es distinto a actuar, pero me encanta.
Hace casi tres años tuvo a Valentina, su hija. ¿Cómo ha afectado el ser madre a su carrera?
Te soy sincera: desde entonces, el cine ya no es mi gran prioridad. Me cuesta mucho, ahora que es tan chiquitita, separarme de ella. Sigo desarrollando cosas para televisión, pero ya no me lanzo a rodar, ahora me lo pienso mucho más.
¿Madre permisiva o estricta?
La verdad, soy un poco blanda. Me encanta estar con mi hija, y hacerle todo el rato payasadas. Pero en cuanto se pasa un poco me pongo muy dura… ¡Sale el carácter!
Es una veterana en Hollywood: ¿cómo está la industria?
No es el mejor momento. Se caen proyectos, se retrasan los rodajes…En otro momento, quizá, me habría puesto nerviosa, pero ahora mi situación personal es distinta.
Habla el idioma y es muy conocida: ¿Cuándo rodará una película en nuestro país?
Me encantaría, pero antes querría conocer mejor su mercado. Alguna vez me he reunido con productores españoles, pero estoy esperando un proyecto más avanzado.