Descubren una hormona que «controla» la obesidad


El estudio podrí­a abrir nuevas dianas terapéuticas para luchar contra la obesidad.

El estudio, publicado por la revista de mayor impacto cientí­fico en el campo del metabolismo, se ha llevado a cabo con ratones neonatos y podrí­a abrir nuevas dianas terapéuticas para luchar contra la obesidad mediante el factor de crecimiento de fibroblastos 21 (FGF21), un factor que libera el hí­gado en respuesta a los lí­pidos de la dieta. En el artí­culo, el equipo describe en primicia una nueva acción del FGF21 sobre el tejido adiposo marrón, el responsable del gasto energético y de la generación de calor en el organismo.

Redacción La Hora
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«El FGF21 es un agente antidiabético y antiobesidad descrito en bibliografí­a cientí­fica desde 2005», afirma Francesc Villarroya, experto en el estudio de modelos de regulación del metabolismo con ratones modificados genéticamente en el Grupo de Investigación de Genética y Biologí­a Molecular de Proteí­nas Mitocondriales y Patologí­as Asociadas de la UB, y miembro del CIBER Fisiopatologí­a de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn).

El experto catalán aclara también lo siguiente: «Nuestro trabajo revela, por primera vez, que el FGF21 provoca termogénesis en el tejido adiposo marrón, es decir, pérdida de calorí­as para liberar calor. Este proceso actúa como un gran disipador de energí­a. Y todo agente que promueva y active el metabolismo del tejido adiposo marrón es, por definición, un agente antiobesidad».

Una proeza: hallar el ví­nculo entre FGF21 y el tejido adiposo marrón.

Descubrir el ví­nculo directo entre FGF21 y el tejido adiposo marrón es una de las grandes contribuciones cientí­ficas del trabajo. «En estudios in vivo -comenta Villarroya- hemos visto que el factor activa la termogénesis en tejido adiposo marrón. Según el modelo estándar, sin embargo, este proceso lo regulaba el cerebro por una ví­a adrenérgica. No obstante, con nuevos estudios in vitro, comprobamos que la diana del FGF21 no era el cerebro, sino el tejido adiposo marrón. Si el FGF21 actúa de forma directa sobre el tejido adiposo marrón y es independiente del control adrenérgico, se nos abren nuevas ví­as para explorar mecanismos de control de la grasa corporal».

El trabajo estudia la actividad biológica del EFG21 con un nuevo modelo biológico: los animales recién nacidos. En palabras de Villaroya: «Trabajar con modelos animales de neonatos es otro punto clave del trabajo. Sabemos que las alteraciones metabólicas en la etapa fetal y neonatal tienen un impacto en el metabolismo del adulto. En el caso de los ratones, durante la etapa fetal se alimentan de glucosa ví­a placenta. Después de nacer, el ratón se alimenta con la leche materna, muy rica en grasas, y por primera vez debe empezar a metabolizarlas. El ratón neonato es, por ello, un modelo animal excelente para estudiar pautas de adaptación a nuevas exigencias metabólicas».

Estudios recientes con técnicas de tomografí­a de emisión de positrones (PET) confirman la alta actividad metabólica del tejido adiposo marrón en adultos, un aspecto muy discutido por la comunidad cientí­fica hasta ahora. En la actualidad, los expertos de la UB trabajan en nuevos protocolos experimentales para profundizar en la relación del FGF21 y el metabolismo lipí­dico y el posible uso de estrategias farmacológicas o nutricionales para el control del sobrepeso.

No todos los ácidos grasos producen la misma respuesta

Francesc Villaroya apunta lo siguiente: «Sabemos que el hí­gado produce este factor en respuesta a los ácidos grasos de la dieta, pero no todos los ácidos grasos producen la misma respuesta: son señales de diferente intensidad y la respuesta del hí­gado varí­a. ¿Podrí­amos modular estas señales con estrategias dietéticas? En resumen, esto significarí­a adaptar las dietas de forma que puedan inducir una mejor producción del FGF21 y así­ acelerar el metabolismo».

En lo referente a estudios con humanos, uno de los mayores retos cientí­ficos del futuro será, según Villarroya, estudiar cómo funciona este sistema en pacientes obesos o diabéticos: «Curiosamente, todo indica que los pacientes obesos tienen más cantidad de FGF21, y eso nos demuestra que hay un problema de factores de resistencia. Esto habrá que investigarlo también».