Este nuevo T-Rex, bautizado Raptorex kriegsteini, que medía tres metros de largo y pesaba unos 60 kilos, se remonta al menos a 125 millones de años, decenas de millones de años antes de la aparición de los T-Rex de gran tamaño.
Se trata de un ejemplo único de un animal de pequeño porte que ya tenía todos los rasgos anatómicos de sus descendientes cuya masa era en este caso 100 veces mayor, explicó Paul Sereno, paleontólogo de la Universidad de Chicago (Illinois, norte), principal coautor del estudio.
«Es sorprendente porque no recuerdo otro animal que ya fuera la copia exacta de lo que serían sus descendientes» con un tamaño mucho mayor, observó.
Al igual que el T-Rex, el Raptorex era un bípedo dotado de un cráneo masivo, desmesurado en relación a su torso y equilibrado con una larga y pesada cola.
Tenía una potente mandíbula, brazos pequeños y estaba también dotado de miembros posteriores musculosos que le permitían correr rápido.
El estudio fue publicado por Science Express, una versión en internet de la revista estadounidense Science.