Los albaceas del patrimonio de la pintora mexicana Frida Kahlo denunciaron el jueves una colección privada y dijeron que son falsas cerca de mil 200 obras que supuestamente fueron creadas por la artista.
MEXICO / Agencia AP
El grupo se declaró en contra de una colección controvertida de piezas que no habían sido identificadas antes y aparecen en dos libros recientemente publicados sobre el arte de Kahlo.
La declaración surgió luego de que varios reportes en la prensa local anunciaran que las autoridades habían desechado una queja presentada por los albaceas del patrimonio de Diego Rivera y Frida Kahlo contra los coleccionistas privados Carlos Noyola y Leticia Fernández de Noyola.
Los Noyola celebraron la supuesta decisión de las autoridades para no continuar con la queja como una reafirmación de la autenticidad de sus piezas y declararon su inocencia tras haber sido acusados.
El jueves por la tarde el vocero de la Procuraduría General Isaac Fragoso, dijo que el caso no se ha desechado.
«Hasta ahora no se ha emitido ninguna resolución», dijo Fragoso.
Ninguna de las partes en disputa pudo ser localizada para conocer sus comentarios tras la declaración de la procuraduría.
Horas antes, en el jardín del Museo Frida Kahlo «Casa Azul» en la Ciudad de México — en la que nació la artista, vivió con su esposo Diego Rivera, y murió en 1954— los albaceas dijeron que las decisiones de las autoridades son un asunto de la ley mexicana que no tiene nada que ver con la autenticidad de la colección.
«En México no está tipificado el delito de producción de falsos», decía un comunicado de prensa distribuido en el museo. Los herederos instaron a los legisladores mexicanos a adoptar una ley que tipifique la falsificación de arte.
Guadalupe Rivera Marín, hija de Diego Rivera e integrante del grupo de albaceas, recordó cuando creció en la casa que ahora es museo.
Rivera Marín dijo que Kahlo pintó menos trabajos que muchos otros artistas por sus problemas crónicos de salud y que sólo unas 400 piezas entre pinturas, dibujos y notas, componen la colección oficial. Es poco probable que una colección tres veces más grande pudiera haber pasado desapercibida, agregó.
Kahlo no era una pintora muy productiva y muchas veces terminaba sus obras porque Rivera le insistía en que lo hiciera, agregó Rivera Marín.
Los albaceas también dijeron que algunos tipos de pinturas de la controvertida colección no eran similares a los que solía emplear Kahlo.
Los Noyola habían dicho que la colección salió de cinco cajas que Kahlo le dio a un carpintero, contó el historiador James Oles.
Rivera Marín dijo que no recuerda que algún carpintero visitara regularmente su casa.
Los albaceas aclararon que no reciben apoyos financieros por la venta del trabajo de Kahlo, sino de los derechos de reproducción de las obras en fotografías.
Oles, quien es profesor del Colegio Wellesley en Massachusetts, dijo en la conferencia de prensa que también dudaba de la autenticidad de la colección aunque agregó que una revisión de algún instituto independiente y calificado sería muy útil.