Observadores de la ONU descubrieron 13 cadáveres maniatados en el este de Siria, muchos de ellos aparentemente ejecutados a quemarropa, informó hoy la misión de monitoreo.
El anuncio llega días después de una masacre en Houla, en la provincia central de Homs, en la que murieron más de 100 personas y provocó condenas mundiales contra el régimen del presidente Bashar Assad. El gobierno sirio negó que sus tropas estuvieran detrás de los asesinatos y culpó de ellos a «terroristas armados».
Los homicidios más recientes ocurrieron aparentemente en la provincia de Deir el-Zour. Los cuerpos fueron encontrados con las manos atadas en la espalda, según un comunicado de la misión de las Naciones Unidas. Algunos presentaban balazos en la cabeza, aparentemente disparados a poca distancia.
El jefe del equipo de la ONU, el general de división Robert Mood, dijo estar «profundamente afectado por este acto espantoso e imperdonable».
La violencia en Siria está creciendo fuera de control después que un alzamiento popular contra Assad que comenzó en marzo de 2011 se ha transformado en una insurgencia armada.
Tras la masacre de Houla, Estados Unidos y otras naciones expulsaron a los diplomáticos sirios de su territorio en protesta por los homicidios. Los sobrevivientes culparon a pistoleros partidarios del régimen de al menos una parte de la carnicería en Houla.
El principal organismo de la ONU para la defensa de los derechos humanos tiene programada una sesión especial el viernes para analizar la masacre.
En otras partes la violencia continuó sin ceder. Fuerzas sirias bombardearon áreas bajo control insurgente en la misma provincia donde ocurrieron los homicidios de Houla, aunque no se reportaron muertes, dijeron activistas.
Damasco ha dicho que el miércoles concluiría su propia investigación sobre las muertes en Houla, pero se desconoce si los hallazgos serán dados a conocer.
Los medios de comunicación del estado en Siria denunciaron el miércoles las expulsiones diplomáticas como «histeria sin precedentes».
Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia, Francia, Alemania, Italia, España y Bulgaria le ordenaron el martes a los diplomáticos sirios que se vayan de esos países.
Turquía, vecino de Siria y exaliado cercano, se sumó el miércoles a la protesta coordinada. Cerró su embajada en Damasco y retiró al embajador, aunque dejó abierto su consulado en Alepo. Ankara ha sido de los críticos más abiertos del régimen de Assad.
Japón también le ordenó al embajador sirio en Tokio que deje el país debido a las preocupaciones por la violencia contra los civiles en Siria. Sin embargo, el canciller japonés, Koichiro Genba, dijo que su país no rompió relaciones con Damasco.
Las tensiones han aumentado a medida que surge más información sobre los asesinatos del 25 de mayo en Houla.
La oficina de la ONU para los derechos humanos dijo que la mayor parte de las 108 víctimas fueron ejecutadas a quemarropa y menos de 20 perdieron la vida por los ataques de artillería del gobierno.