El presidente del Congreso de la República, Arístides Crespo Villegas, después de asumir el cargo que dejó vacante el doctor Eduardo Meyer, quien este miércoles presentó su renuncia, cabildea una iniciativa de ley que tiene como finalidad descentralizar las funciones administrativas para que los diputados que formen parte de la Junta Directiva se dediquen de lleno al trabajo legislativo.
El proyecto ha sido visto por expertos políticos y miembros de la sociedad civil, como un paso muy positivo que permitirá transparentar y facilitar el manejo de las finanzas con auditorías internas y externas, control de personal, reclasificación de puestos y salarios, cuya responsabilidad en lo que se refiere a la administración del Legislativo recaerá sobre el Director General, un nuevo puesto que se crea.
Plausible, pero debe ir más lejos
El analista político Gustavo Porras Castejón considera que medidas como ésta deben verse como muy positivas porque no solamente se ve la buena intención de transparentar la ejecución del presupuesto, sino que también el ordenamiento administrativo, que es indispensable para el mejor desempeño de los legisladores.
Para revertir la crisis provocada por los malos manejos financieros y su manejo mediático como es costumbre, el Congreso debe tomar medidas audaces para impactar a la opinión pública, como discutir la ponencia de Crespo que debe ir más lejos para alcanzar una transformación integral y ahora es el momento de hacerlo, comentó.
La reforma integral, explicó el reconocido politólogo debería también corregir grandes lagunas como el caso del Recurso del Fondo de Revisión o la forma de aprobar con mayoría calificada determinada legislación en su tercer debate, pero por artículos con mayoría simple, o las famosas tres lecturas que al final de cuentas se convierten en seis o siete que vienen a entorpecer el proceso legislativo.
Debe también ser objeto de revisión la Ley del Servicio Civil, porque no es posible que en puestos de asesores sean contratados chóferes, conserjes y guardaespaldas, comentó el doctor Porras, quien está de acuerdo con los cambios que se proponen, pero que en su opinión, insiste, deben ir más allá para que la opinión pública tenga una mejor percepción del Congreso de la República.
Por su parte, el también politólogo Gustavo Berganza se pronunció a favor de la iniciativa del diputado Crespo. Comentó que es un buen primer paso para reestructurar el Organismo Legislativo, que actualmente adolece de una organización sólida administrativa y de fortaleza política que apoye realmente el trabajo de los diputados.
«Lo único que existe es una media estructura con los asesores y quienes hacen los cheques, unos que medio mantienen limpios los corredores del Legislativo y otros que les compran la comida a los diputados, pero neto no hay nada, entonces la iniciativa de Arístides de tratar de institucionalizar el Legislativo es buena», reiteró.
«Actualmente la estructura del Legislativo recae en la Junta Directiva y usualmente sólo le rinden cuentas al Presidente y al Primer Secretario. Ahora bien, lo más interesante de esta iniciativa es el hecho que no solamente se nombrarán directores por oposición sino que también las diferentes bancadas podrán exigir cuentas a estos funcionarios».
«De hecho una separación del trabajo legislativo y administrativo es tan interesante porque nunca lo ha habido y ahora con esta iniciativa se ve una clara y buena intención de trabajar de manera distinta», concluyó.
El activista de derechos humanos, Mario Polanco, expresó su apoyo a la medida que en el Congreso de la República se plantea, separar las responsabilidades de los diputados de la Junta Directiva y trasladar las funciones administrativas a personal altamente calificado a contratar por oposición.
En la medida en que la Junta Directiva ejerza un control sobre las actividades del personal y los jefes de bancada también puedan tener acceso a fiscalizar el trabajo de los funcionarios, pero especialmente en el uso de los recursos financieros, el Congreso irá recuperando su prestigio.
En concreto, la iniciativa de ley va por un buen camino, es un primer paso positivo que en la medida en que se profundice, así recobrará la credibilidad. Ya era tiempo que algún diputado se preocupara por reestructurar la administración del Congreso, en este caso el diputado Crespo, que debe ser apoyado por el Pleno, concluyó.