Descartan un alto al fuego


El canciller francés Bernard Kouchner (Centro) habla con un comandante de las fuerzas armadas en Chettikulam, al norte de Sri Lanka. AFP PHOTO/PEDRO UGARTE

El presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapakse, descartó este jueves un alto el fuego con los separatistas tamiles acorralados en el noreste de la isla, y advirtió a los insurgentes que tení­an que entregarse so pena de ser aniquilados.


«No tenemos ningún plan de un alto el fuego con los Tigres, que tienen poco tiempo para deponer las armas y rendirse, incluso si nuestras operaciones concluyen», dijo el jefe del Estado en un discurso en directo por televisión.

Estas palabras de Rajapakse se producen al dí­a siguiente de que los ministros de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, David Miliband, y de Francia, Bernard Kouchner, visitaran la isla para impulsar una tregua en los combates que permita una misión humanitaria para atender a los civiles atrapados en una franja costera de 10 km2 en el noreste.

Según la ONU, unos 50.000 civiles están atrapados en esa zona donde están acorralados los rebeldes Tigres de Liberación del Eelam Tamil (LTTE).

Rajapakse insistió en que no aceptará presiones internacionales y aseguró que «rescatará» a los civiles tamiles.

«Están tratando de darnos consejos sobre los civiles. Les digo que vayan a ver lo que están haciendo en Irak y en Afganistán», dijo Rajapakse desde la ciudad de Embilipitiya (sur).

«Si digo que no usamos armas pesadas, esto significa que no lo hacemos. Pero estos enviados extranjeros están listos para creer la propaganda de la organización terrorista», añadió el mandatario, que no nombró a nadie especí­ficamente.

Kouchner y Miliband reconocieron el miércoles que no lograron persuadir al gobierno de Sri Lanka de poner fin a su ofensiva.

El hermano del presidente, el influyente secretario de Defensa Gotabhaya Rajapakse, dijo a un diario local que los dos cancilleres occidentales sabí­an perfectamente que la ofensiva seguirí­a hasta que los separatistas fueran aniquilados.

Una tregua, argumentó, sólo ayudará al fundador y lí­der de los insurgentes, Velupillai Prabhakaran.

«El tiempo llegó finalmente para Prabhakaran y otros lí­deres terroristas de ser capturados vivos o muertos, y el gobierno no se detendrá hasta que se logre», dijo Rajapakse al diario The Island este jueves.

Las autoridades srilanquesas afirman que están a punto de lograr la victoria después de 37 años de violencia.

Una página de Internet favorable a los rebeldes afirmó que los rebeldes se habí­an preparado para un derramamiento de sangre, después del fracaso de los cancilleres europeos.

«El ejército srilanqués lanzará en cualquier momento la peor fase de matanza en la estrecha franja de tierra», dijo Tamilnet, que sostuvo que 300 civiles murieron el miércoles, aunque no se pudo verificar estas cifras puesto que ni los periodistas ni el personal humanitario puede trabajar libremente en esta zona.

La semana pasada, un documento de las Naciones Unidas que circuló en Colombo afirmaba que unos 6.500 civiles podrí­an haber muerto y otros 14.000 podrí­an haber sufrido heridas durante los combates de este año.