Una célula criminal denominada «Los Zacapa», dedicada a extorsionar y asesinar a pilotos del transporte colectivo, fue desarticulada por investigadores de la Unidad Nacional contra el Desarrollo Criminal de las Pandillas (Panda), su líder está recluido en la cárcel de máxima seguridad de Fraijanes II.
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El dirigente de la clica, de la Mara 18, es Armando Sánchez Orozco, de 20 años, alias «el Happy», quien fue trasladado el pasado 2 de febrero, del Centro Preventivo para Varones de la zona 18, hacia la cárcel de máxima seguridad Fraijanes II, junto a otros cuatro privados de libertad que tenían de forma ilegal armas y municiones.
Esta persona es sindicada por las fuerzas de seguridad de planificar los asesinatos y extorsiones contra pilotos del transporte público.
El pasado 18 de enero fueron capturados en la 1ª. calle y 3ª. avenida de la zona 12, colonia Villalobos II, José Miguel Dávila Pérez, de 60 años y María Azucena Pérez, de 38, cuando llevaban una pistola 9 milímetros, con una tolva y 96 cartuchos, que sería entregada a pandilleros en Quetzaltenango.
El 8 y 9 de enero, las diligencias policiales continuaron y mediante una serie de operativos se aprehendió a Mayra Magalí Alvarado Manuel, de 29 años; Suly Victoria Boteo Pérez, 20; Reyna Pérez, 50; María Victoria López Mejía, 21; Cristina Isabel Canastú, 28 y una persona de 17 años, todos miembros de la clica.
Esas detenciones lograron identificar a otros de sus integrantes, ellos son Vianca Azucena Almazán Gramajo, de 25 años, cobradora de extorsiones y a Edgar Chocoy Pirir, dedicado al sicariato. Los sindicados fueron detenidos en allanamientos realizados esta mañana en la aldea El Socobal, Chimaltenango.
Asimismo, en la entrada de visitas de la cárcel de Fraijanes II, fue detenida Verónica Margarita Chávez, de 19 años, pareja de «el Happy», mediante una orden de captura vigente, se le sindica de extorsionar a los conductores del transporte y de entregar armas al privado de libertad.
SICARIOS
Una fuente policial revela que los capturados portaban armas para cometer ellos mismos los asesinatos contra los trabajadores del transporte colectivo.
Por medio del armamento amenazaban a las víctimas para que pagaran el chantaje económico y quien no cumplía con sus exigencias lo asesinaban.