Desarrollo curricular


¡Qué bonito está escrito! El Acuerdo Ministerial 178-2009 de fecha 30-1-09 publicado en El Diario Oficial, el miércoles 11-3-09, contiene el Currí­culo Nacional Base de Básicos para los establecimientos escolares a nivel nacional. Llama la atención varios aspectos de dicho Acuerdo. Una oración dice que tiene las siguientes caracterí­sticas: Flexibilidad, integralidad, perfectibilidad y participación. Dice también que las instituciones escolares locales deben adecuar contenidos. Sin embargo, más adelante dice que NO deben hacerse cambios a aquellos ya acordados por los grupos que participaron en la elaboración de dicho currí­culo. No sé si leo bien o si lo que he expresado indica que hay contradicción.

Raymond J. Wennier

Nuevamente está la disyuntiva de hacer algo reglamentado (tiene carácter normativo) a nivel nacional, o hacer una descentralización real de la educación en Guatemala y que cada región o departamento, pueda organizar las experiencias educativas de acuerdo a sus propias necesidades. Dirán que eso se hace en el contenido de cada curso en los tres años de estudios básicos en la Secundaria. Sé que el Acuerdo dice que lo escrito, son «grandes lineamientos de observancia», escritos por un grupo reducido, que dice a las localidades del interior, lo que deben hacer. Muy bien, veamos cómo se va a cumplir el Artí­culo 5: «Competencias Marco» que habla de los Propósitos de la Educación y las metas a lograr en la formación del estudiante: Valores, democracia, cultura de paz y el respeto de los derechos humanos. í‰ste y otros me impresionan de lo bonito que suenan al leerlos. De nuevo, el papel permite poner lo que se quiere; sin embargo, la puesta en práctica de lo escrito es la situación crí­tica que hay que atender. Por ejemplo, el Artí­culo 16, dice que no tienen los maestros necesarios para cubrir las materias de las áreas artí­sticas y contables y que los maestros que ya están trabajando en el establecimiento, TIENEN que cubrir dichas áreas mientras se prepara a los maestros que enseñen esas materias. ¡Qué bueno que la formación secundaria- no universitaria-de nuestros maestros, los capacita para impartir cualquier materia! Lo anterior me lleva otra vez al tema del magisterio y la preparación que ofrecen a los estudiantes y a los maestros en servicio. Sólo el artí­culo cinco demanda que exista un programa serio de preparación para maestros y alumnos en cada instituto. Otra preocupación constante es la existencia o no, después de los cursillos de capacitación en servicio que anuncian que dan, de un programa de seguimiento donde los Directores den su apoyo y ayuden a los catedráticos a implementar innovaciones en el aula. También me preocupa el TIEMPO. ¿Disponen los maestros del tiempo necesario para la adecuada planificación de sus clases en el establecimiento, donde el Director vea cómo lo hace y qué enseñará a los estudiantes para que tengan mejores experiencias educativas? ¡Qué bonito escrito! ¿Qué viene primero? ¿Publicar lo escrito en un papel para decir que se está haciendo, o hechos, acciones efectivas en el aula, que produzcan la excelencia que debe buscar el proceso educativo?

El acuerdo, dice que a fin de este año habrá una evaluación de la puesta en práctica del currí­culo de Io. Básico. Espero su publicación, poder ver el resultado (IIo. y IIIo. vienen luego) y que permitan sugerencias (¿educadores?) y ajustes al programa. Mientras tanto, doy algunas ideas sobre cómo se pueden llevar los lineamientos generales, de nivel nacional al aula de cada instituto. Cada maestro debe participar en el proceso de apuntar los siguientes aspectos del currí­culo: Detallar el contenido actual, indicando cómo construyen sobre los conocimientos previos de los estudiantes y cómo pueden anticipar los conocimientos y habilidades necesarios para el Siglo XXI. Con esa información cada institución creará un proceso de toma de decisiones. Finalmente pregunto ¿Cuál es la intención de la instrucción basada en un contenido curricular? ¿Es saber que hay demasiado contenido para impartir a los estudiantes y luego examinarlos sobre ese contenido? O ¿Debe la instrucción estar basada en la preocupación por el desarrollo integral del estudiante, como por ejemplo, satisfacer su curiosidad, poder maravillarse, admirarse de lo que descubre; poder crear, imaginar e innovar pero sobre todo, tener una capacidad de metacognición (pensar sobre sus propios pensamientos) y lograr la autoevaluación de sus acciones. Estas son las decisiones que hay que tomar, qué estilo de enseñanza queremos al implementar el currí­culo, quién está encargado de asegurar que lo mejor del Siglo XXI, en materia de educación está llegando hasta el aula más alejada del paí­s. ¡Ojalá se den discusiones serias para contestar estos interrogantes!

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