Al menos 70 víctimas del secuestro colectivo del martes en Bagdad se encuentran desaparecidas, algunas han muerto y la mayoría fueron torturadas, aseguró hoy el Ministro de Enseñanza Superior, contradiciendo al primer ministro iraquí.
La incertidumbre sobre la cantidad de personas secuestradas el martes durante un rapto masivo en un edificio dependiente del Ministerio de Educación Superior en Bagdad ha desencadenado una controversia política.
«Al menos 70 rehenes están aún desaparecidos, y creo que en total casi 150 personas fueron secuestradas», dijo hoy a la AFP el ministro de Enseñanza Superior, Abed Diab al Ujaili.
«Los rehenes que ya fueron liberados nos dijeron que algunas de las personas secuestradas fueron asesinadas. También afirmaron que la mayoría de los rehenes fueron torturados», aseguró.
Ujaili ha suspendido su participación en el gobierno mientras no sean liberados todos los rehenes.
«Sí, tengo la impresión de que no hay un gobierno eficaz» en Irak, estimó igualmente el ministro, en una entrevista difundida por la radio BBC.
Sus declaraciones contradicen completamente las del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, que intenta al parecer minimizar la amplitud del secuestro.
«En total, 39 personas fueron secuestradas. Veinte fueron liberadas el martes, 17 el miércoles. Sólo dos personas están aún en manos de sus captores», había declarado el miércoles a la AFP el portavoz de Maliki.
El primer ministro ordenó no obstante el miércoles buscar intensamente a los autores del secuestro.
«Quiero hallar a cualquier precio a quienes perpetraron estos actos y se lo dije muy claro al ministro del Interior. No me basta con que los rehenes sean liberados; quiero a los secuestradores, es nuestro combate», insistió.
Según testigos, hombres armados que vestían los uniformes de los comandos de la policía iraquí y circulaban en vehículos similares a los de las fuerzas de seguridad irrumpieron el martes en un edificio del ministerio, en el barrio de Karrada (centro-oeste).
El secuestro tuvo lugar pese a la presencia de varias decenas de miles de policías iraquíes y militares estadounidenses en Bagdad, encargados de garantizar la seguridad de la ciudad, blanco de la violencia confesional que ha dejado miles de muertos desde inicios del año.
El gobierno instaló retenes en los barrios de la capital iraquí.
Los secuestros colectivos no son raros en Irak. Muchas veces están relacionados con la violencia confesional entre chiítas y sunitas.
El ministerio de Enseñanza Superior es una de las cinco carteras que posee el Frente de la Concordia, la principal coalición sunita, mientras que el primer ministro es un chiita, al igual que el ministro del Interior, Jawad al Bolani.
La comunidad sunita acusa frecuentemente a las fuerzas de seguridad de cubrir los abusos de los escuadrones de la muerte chiítas.
La violencia continuaba el jueves en Bagdad, donde 14 personas murieron por la mañana, mientras que el ejército estadounidense anunció la muerte de 10 militares el martes y el miércoles en ataques en Bagdad y sus proximidades.
El jueves de mañana, nueve empleados de una panadería del este de Bagdad fueron abatidos por hombres armados. Un coche bomba explotó en el barrio popular chiíta de Sadr City, con un saldo de dos muertos, mientras que un civil murió en la explosión de una bicicleta bomba en el suroeste de la capital.
Otros dos civiles murieron en ataques separados en Bagdad.