Al presentar su presupuesto 2008, el gobierno holandés mostró esta semana su voluntad de desalentar el uso del automóvil, al tiempo que Amsterdam aprovechará el «Día sin auto» del domingo para hacer eco a sus medidas restrictivas y sus proyectos aún más drásticos.
Al margen del discurso de política general del gobierno, leído por la reina Beatriz, el gabinete holandés anunció su intención de aumentar aún más los impuestos sobre el gasóleo (diesel) y los vehículos que lo usan.
Varios ministerios estudian leyes que permitirán la imposición de tasas diferenciadas según la contaminación causada por un vehículo.
La asociación de la industria automovilística holandesa intenta movilizarse contra los proyectos del gobierno, que representarán según sus cálculos una factura de 500 millones de euros que deberán pagar los automovilistas.
No obstante, son numerosas las municipalidades, con Amsterdam a la cabeza, que quieren ir más lejos: La Haya, Eindhoven (sur) y Leyde (oeste) han puesto el próximo domingo bajo el lema de «Viaje sano en una ciudad sana».
Ese día, dentro de la vía periférica que rodea Amsterdam, y en la que la velocidad está limitada a 80 km/h desde hace un año para controlar la contaminación, las calles serán de los peatones y los ciclistas, de 9H00 a 17H00.
La municipalidad quiere de este modo llamar la atención sobre los transportes públicos y los taxis, autorizados a circular, combinados con los aparcamientos construidos fuera de la ciudad, donde los automovilistas son invitados a dejar sus vehículos.
Pero esto no es suficiente y Amsterdam está reflexionando en otros medios para sanear el aire de la ciudad y desembotellar las calles.
La ciudad –donde la mitad de los habitantes no tiene auto– se prepara, sin esperar a ver lo que hace el gobierno, a aumentar las tasas para los vehículos 4×4 y otros todo terrenos, así a los automóviles más contaminantes, los deportivos o los pesados, que carburan gasóleo.
En los controles de aparcamiento, conectados a la base de datos del fisco, el chofer deberá introducir la matrícula de su automóvil y lo que pagará estará en relación con la capacidad contaminante de su vehículo.
«La tecnología está disponible», explica al diario Het Parool el concejal municipal responsable de Transportes, Tjeerd Herrema, quien espera imponer las tasas diferenciadas en 2008.
Actualmente, la hora de aparcamiento en la ciudad cuesta 3,9O euros.
Al mismo tiempo, la capital encara la construcción de nuevos aparcamientos en la ciudad para los residentes y en el extrarradio para los visitantes.
Para estos últimos, la municipalidad prepara 2.300 plazas, el doble de las que dispone ahora. Actualmente, por un estacionamiento se paga 5,50 euros por 24 horas, lo que incluye dos billetes de transporte público. El proyecto apunta a otorgar cinco billetes a las familias.
Estacionarse en el centro de la ciudad cuesta actualmente 3,90 euros la hora, de 07H00 de la mañana a medianoche, todos los días, salvo los domingos, durante los oficios religiosos. Este precio va a ser también aumentado.
En contrapartida, los transportes públicos y los espacios verdes deben también incrementase en el paisaje urbano. Herrema se bate también para que los autobuses, tranvías y metros funcionen también de noche.
Finalmente, una buena noticias para los ciclistas, que forman parte de la identidad de la ciudad, al igual que sus canales: la municipalidad destinará 70 millones de euros en cuatro años a mejorar las veredas ciclistas que son ya la admiración de los visitantes, así como a construir aparcamientos y a la lucha contra el robo de las bicicletas.