El Procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales, abordó la importancia de luchar contra la impunidad en Guatemala, en un discurso pronunciado en Massachussets ayer.
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Morales habló del «escabroso asunto de la impunidad» que reina en el país.
Entre otras cosas, el Magistrado de Conciencia dijo: «Â¿Qué sucede en una sociedad cuando lo predominante es la ausencia de castigo y la impunidad no es algo excepcional, atribuible a fallas circunstanciales? Eso es precisamente lo que ocurre en Guatemala, donde la impunidad es la norma y el régimen de legalidad se encuentra gravemente fracturado en todos los ámbitos de la vida social.
De manera que antes de hablar de la impunidad y sus manifestaciones y efectos sobre los derechos humanos, debemos volver la vista a ese gran telón de fondo que ha hecho de Guatemala, según lo he denunciado reiteradamente, un reino de la impunidad.
Vivimos en un sistema que no sólo no protege la legalidad ni los derechos consagrados por nuestra Constitución Política de la República, sino que, a causa de sus falencias y debilidades estructurales, fomenta la impunidad que en muchos casos además de omitir o fracasar en la persecución de los transgresores, resulta protegiéndolos.
De este modo, la impunidad se ha convertido en uno de los talones de Aquiles para la gobernabilidad democrática del país. Esta es una situación resultante del colapso moral, funcional, técnico y político del sistema, cuya superación no depende de soluciones mágicas, sino de procesos que inicien por reconocer la naturaleza del mal que nos aqueja.
A este respecto, permítaseme hacer una digresión acerca del Estado y la pertinencia de advertir que Guatemala, en el menos malo de los escenarios, se encuentra al borde del precipicio que lo transformaría en un Estado fallido.»
Otra parte del discurso menciona que: «La noción de «Estado fracasado» señala una fórmula teórica de cuño estadounidense y que está en boga en el análisis internacionalista para referirse a países con crónicas crisis de gobernabilidad y al que Guatemala podría imitar irremediablemente.
Uno de esos síntomas es que estamos ante una sociedad insensibilizada, que ya no se conmueve ante situaciones verdaderamente dramáticas en las cuales el sufrimiento humano alcanza niveles indecibles y, que por tanto, acepta con la mayor naturalidad los miles de hechos que a diario alimentan ese cáncer de la impunidad.»
Su ponencia fue ofrecida en el Foro organizado por la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala en Cambridge, Massachussets.