Derecha busca mayorí­a


El partido de oposición de derecha húngaro Fidesz, seguro ya de ganar las elecciones legislativas, espera obtener el domingo, en la segunda vuelta, una histórica mayorí­a de dos tercios en la nueva cámara, lo que le permitirá proceder a modificaciones constitucionales.


El Fidesz y su carismático presidente, el ex primer ministro Viktor Orban, totalizó ya en el primera vuelta del 11 de abril (52,77% des los sufragios) 206 de los 386 escaños del parlamento nacional.

Tiene así­ asegurado obtener el poder en Budapest después de ocho años de gobierno socialista.

Sólo necesita obtener 52 escaños suplementarios para alcanzar esta mayorí­a de dos tercios necesaria para realizar algunas de las promesas electorales, entre ellas la de la doble nacionalidad, que beneficiará a más de tres millones de húngaros residentes en paí­ses limí­trofes.

No obstante, en materia de reformas económicas y sociales, el margen de maniobra de la derecha, al retornar al poder, será limitado por las drásticas condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea, a cambió de un salvavidas de 20.000 millones de euros para evitar la bancarrota del paí­s en 2008.

Según los últimos sondeos, el Fidesz deberí­a obtener entre 261 y 263 escaños, convirtiéndose en la primera fuerza polí­tica del paí­s delante de los socialistas en pleno descalabro (sólo 58 diputados y 19,29% en la primera vuelta contra 43,21% en 2006).

Dos nuevos partidos estarán representados por primera vez en el parlamento: la ultraderecha del Jobbik, que se instala con 16,71% con unos 48 diputados, después de una campaña centrada en el antisemitismo, contra los gitanos y la Unión Europea.

El Jobbik está muy bien implantado en los campos y en las ciudades medianas, sobre todo las del noreste, donde la minorí­a Rom (gitanos) es importante y donde supera incluso a los socialistas.

Por el contrario, en Budapest, obtiene un resultado sensiblemente inferior al promedio nacional y es superado por los ecologistas de izquierda del LMP.

En una última tentativa de reducir un tanto la derrota en la segunda vuelta, el jefe del Partido Socialista, Attila Mesterhazy, insistió esta semana en el reciente reconocimiento del Fidesz de no poder bajar los impuestos en 2010 «que era su única promesa electoral concreta».

Según los últimos sondeos, el Fidesz deberí­a obtener entre 261 y 263 escaños.