Las poblaciones que tienen su asiento en las cuencas de los ríos que se localizan en San Marcos sufrieron daños ocasionados por los efectos destructores que dejó el paso de la depresión Tropical 12 E, expresó el coordinador de proyectos que se realizan en la zona, Víctor Solano Flores.
Las constantes y torrenciales lluvias que cayeron en la región por más de diez días, como secuela del fenómeno natural, saturaron los suelos, provocando que quedaran vulnerables a deslizamientos y deslaves, así como la crecida de los ríos, que cobraron dos vidas y destruyeron parte de la infraestructura y la agricultura, indicó.
El ambientalista destacó que la mayoría de los afluentes que bañan el territorio marquense, principalmente El Naranjo y Suchiate, los más largos y caudalosos del departamento, sobrepasaron entre 10 y 15 por ciento su nivel de tolerancia, sin que se produjeran desbordamientos.
Sin embargo, el Suchiate, al subir el nivel de sus aguas, aumentó su velocidad, arrastró piedras, árboles y escombros que con el impacto dañaron parcialmente el puente “Rodolfo Robles2, que une a Ciudad Tecún Umán y Ciudad Hidalgo, de Guatemala y México, respectivamente.
Herrera dijo además que el problema de las inundaciones se repetirá en épocas de lluvia, debido a que los suelos de las cuencas han perdido su capacidad de absorción, por la deforestación y la pérdida de la cobertura vegetal en grandes extensiones, además del mal uso de la tierra laborable y el monocultivismo que se practica.
En los terrenos accidentados con pendientes de un 45 por ciento se calcula el arrastre por erosión de 40 toneladas de sedimento por hectárea, lo que favorece los desgajamientos de los cerros en la parte alta y desbordamientos en las tierras bajas que se ubican en el litoral, destacó el entrevistado.
Por lo mismo se debe atender, preservar y manejar en forma racional los recursos que proporciona la naturaleza para evitar desgracias, concluyó Solano.