Los deportes organizados en equipos de novatos, juveniles o profesionales en todo el mundo, tienen el poder de provocar una serie de reacciones emocionales tanto en los participantes como en los espectadores, que apoyan a uno en contra del otro. Para evitar discusiones que puedan salirse de lo socialmente aceptable, se evita hablar de tres temas: política, religión y deporte. Sin embargo quisiera hacer algunos apuntes sobre el tema deportivo.
Mientras crecía, los deportes fueron parte importante de mi vida además de estudiar y ya en «high school», también tener que trabajar. Los deportes organizados en equipo proveían una forma de socialización, de crear identidad alrededor del NOMBRE del equipo, practicar las habilidades de comunicación y colaboración, esfuerzo propio y colectivo para lograr metas sanas y alcanzar el éxito. Los deportes daban la oportunidad de ejercitar disciplina individual y de equipo y de mantener un orden; seguir las reglas del juego de acuerdo a cada deporte, obedecer las instrucciones del «coach» y demostrar iniciativa en situaciones nuevas, en un segundo dado de tiempo. Tuve la dicha de poder participar en el «little league» de béisbol durante el verano, fútbol en el otoño, en el invierno basquetbol y tenis en la primavera. Cada deporte con sus propias reglas de participación. Ya en la secundaria además, hice equipo con mi papá para participar en torneos de boliche, padre-hijo. De adulto joven, siempre seguí en deportes y al encontrarme en Huehuetenango, mis equipos juveniles de basquetbol, fueron durante cuatro años seguidos, campeones departamentales, compitiendo entre otros, contra los de hombres de Caminos, Obras Públicas y otros equipos colegiales. No tuvimos tiempo libre para comer demasiado y ponernos obesos ni para pensar en meternos en pandillas para cometer actos ilícitos. Siempre tuvimos una RAZí“N DE SER, aprender nuevas habilidades para tratar de hacer siempre lo mejor posible para lograr nuestras metas a largo plazo y nuestros objetivos inmediatos.
Hoy día, como muchas otras cosas en la sociedad, hay cambios que quitan «esos» valores tan apreciados antes por la juventud. Sin embargo, si notamos que un profesional exitoso, tiene «esos valores». Sabe trabajar en equipo, se comunica con los otros miembros del equipo, entrena largas horas y se esfuerza mucho; sigue las instrucciones del gerente o dueño (quien tiene un plan de juego similar al que un coach siempre tuvo), sabe que hay reglas y disciplina necesarias para alcanzar el éxito, éxito que produce identificación con el equipo, automotivante para obtener más logros basados en nuevas creatividades e iniciativas.
Por lo tanto, como parte de la formación de los niños, hay que poner énfasis en el deporte organizado en equipos. En los pueblos, la integración y el apoyo a equipos de basquetbol masculino y femenino, fútbol para hombres y mujeres, papi fútbol también, voleibol, etc. pueden ser el medio para la formación en los valores enunciados arriba. Hay que fomentarlos. Felicito al Ministerio de Cultura y Deportes por la construcción en todos lados, de campos polideportivos, iluminados para poder ser utilizados durante la noche. Ojalá pueda continuar con cientos de campos más. También felicito al MINEDUC al dar recursos financieros al 49% de las 17 mil escuelas públicas para la compra de implementos deportivos. Esos mil quetzales por escuela que cuentan con una Junta Escolar (lástima los otros miles de niños en el 51% que en las escuelas restantes no lo recibirán), no van a ser suficientes para la compra, en comercios locales de muchos de los artículos citados en la lista de implementos. Cotizados a los precios más baratos, una pelota de basquetbol vale Q50, la de fútbol Q70, de voleibol Q50; una red por año, de canasta de basquetbol, Q35, una para marco de fútbol, Q330, una de voleibol Q250, un inflador de pelotas Q65, un uniforme de fútbol Q125 (el paquete de 15 uniformes completos más el del portero, valen Q1,820). La lista anterior suma Q975 y no incluye uniformes para todos los deportes y para todos los miembros de un equipo y no incluye la pintura de los campos y canchas.
Los valores que los deportes proveen a la juventud escolar son incalculables e invaluables para el resto de su vida. Hay que impulsar el deporte, darle más fondos para proveer más oportunidades para todos, incluidos los niños y niñas y los jóvenes en las escuelas más lejanas de Guatemala. Una correcta reestructuración del MINEDUC puede lograrlo. Recordemos a Juvenal: «Mente sana en cuerpo sano».