Denuncian negligencia en recepción de menores deportados


La Defensora de la Población Desarraigada y Migrante señala a la PGN por no garantizar la integridad, durante el proceso de recepción, de los menores de edad deportados desde Estados Unidos.

Ligia Flores
lahora@lahora.com.gt

El 03 de octubre de 2008, un vuelo procedente de Florens, Arizona, arribó a la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG), a eso de las 13:10 horas; entre los pasajeros que vení­an deportados se encontraban 14 menores de edad, hombres y una mujer.

La Procuradurí­a General de la Nación (PGN), institución que se encarga de su custodia mientras son devueltos a su hogar, se comunicó con familiares de los adolescentes, empero, la madre de uno de ellos, originario de Nahualá, Sololá, les advirtió que no podí­a viajar a la capital porque no tení­a dinero.

Trabajadores de la PGN realizaron una colecta y ajustaron para el pasaje del menor de edad, quien partió con uno de los adultos que también llegó deportado ese dí­a; la PGN accedió sin tener plena certeza de la identidad de la persona y sin la autorización de los padres del chico.

Flora Reynosa, encargada del tema de migración de la PDH, asegura que esta situación fue recurrente durante 2008.

NEGLIGENCIA

Durante 2008 la PGN recibió a 888 menores de edad migrantes que fueron expulsados desde Estados Unidos, empero, pese a que la institución se encarga de ello desde hace dos años, aún no posee las medidas ni mecanismos que aseguren la integridad de los infantes y adolescentes mientras son entregados a sus padres.

La defensora de la Población Migrante y Desarraigada indicó que con base en el monitoreo constante que efectuaron en 2008, en la FAG, observaron varias anomalí­as en el trabajo de la PGN.

«Hemos observado que cuando llegan los menores de edad en los vuelos, la PGN se presenta muy tarde a la FAG. Muchas veces hay hasta tres vuelos, en un solo dí­a, pero los representantes de la Procuradurí­a llegan hasta el tercer vuelo y ellos ya saben el horario de arribo», señaló Reynosa.

La defensora lamentó que el procedimiento que realizan no garantiza la seguridad de los menores de edad, contrario a lo que sucede con los deportados que llegan ví­a terrestre desde México, donde el Cónsul guatemalteco en ese paí­s lleva a los niños hasta la frontera y la Secretarí­a de Bienestar Social los instala por unos dí­as en un albergue, de donde son entregados a familiares con su debida documentación.

A criterio de Reynosa, la PGN debiera contar con un albergue donde los chicos deportados permanezcan de uno a cinco dí­as mientras se localiza a los padres o encargados, transporte seguro que pudiera trasladarlos a su lugar de origen y la entrega inequí­voca a los responsables legales de los menores de edad.

«No se garantiza a quién se entrega el menor de edad. No sabemos si los vuelven a entregar al pollero o coyote», manifestó la entrevistada.

Recepción y calificación de denuncias de la PDH abrió un expediente, por lo que se está a la espera de la resolución del mismo.

SIN CAPACIDAD

Abraham Baca Dávila, de la PGN, admitió que la institución no tiene la capacidad para saber cuántos menores de edad llegan en cada vuelo, hasta que los mismos han llegado a la FAG.

El funcionario también reconoció que no pueden presentarse inmediatamente a la Fuerza Aérea, ya que no tenemos los recursos económicos ni humanos para ellos.

«No es por negligencia, ni por mala voluntad», adujo.

«Hemos observado que cuando llegan los menores de edad en los vuelos, la PGN se presenta muy tarde a la FAG. Muchas veces hay hasta tres vuelos, en un solo dí­a, pero los representantes de la Procuradurí­a llegan hasta el tercer vuelo y ellos ya saben el horario de arribo»

Flora Reynosa

PDH.