Tres candidatos punteros en los comicios presidenciales egipcios presentaron ayer apelaciones ante la comisión electoral antes del plazo marcado por la ley, para denunciar presuntas violaciones en la primera ronda, que según ellos podrían alterar el resultado.
Se prevé que las apelaciones, que alegan fraude electoral, enciendan una contienda de antemano explosiva, con dos de los candidatos más polarizados empatados en el primer lugar.
Los resultados extraoficiales de las elecciones de la semana pasada indican que el candidato de la Hermandad Musulmana, Mohamed Morsi, se medirá en una segunda ronda con el exprimer ministro, Ahmed Shafiq. Se esperan los resultados oficiales hoy o mañana. Las boletas incluyeron 13 candidatos a la Presidencia.
Ayer fue el último día para presentar apelaciones antes de la segunda ronda del 16 y 17 de junio.
Los jóvenes seculares liberales que encabezaron la rebelión popular que derrocó al mandatario Hosni Mubarak el año pasado no lograron nombrar a un candidato para la contienda.
Una gran proporción de los votos —más del 40%— fueron para los candidatos vistos como más allegados al espíritu de la rebelión. Estos así denominados «votos revolucionarios» se dividieron principalmente entre los candidatos que ocuparon los puestos tercero y cuarto.
Morsi, de la Hermandad, fue el finalista con más votos, pero sólo recibió el 25% de los sufragios, según los resultados preliminares.
Shafiq, que quedó segundo tras Morsi, dijo que no fueron incluidos los votos a su favor en una provincia.
Jamdin Sabahi, un socialista y defensor de los pobres que tuvo una actuación sorprendentemente sólida, ha pedido un recuento parcial tras quedar tercero por 700 mil votos de diferencia.
Abdel-Moneim Abolfotoh, que concluyó cuarto, presentó una apelación el pasado sábado. Su abogado sostiene que cuenta con pruebas de que hubo votos emitidos en nombre de personas fallecidas.