Una gran democracia debe progresar o pronto dejará de ser o grande o democracia. Theodore Roosevelt (Político estadounidense).
«Potenciales presidenciables y vicepresidenciales» En la página de opinión, de elPeriódico lunes 17 de marzo de 2014, se habla ya sobre la formación y el enramado para las próximas elecciones.
El editorialista nos lleva por el camino de la presentación, la argumentación y termina con nombres de quienes se dice serán candidatos a los puestos de elección más importantes del país.
Personas que parecieran ser que encuentran en estas campañas sus «cinco minutos de fama», pero que en el análisis nos demuestran que se hace necesaria la democratización a lo interno de los entes partidistas.
Nombres como Roberto González Díaz Durán, «Canela», vuelven aparecer y hay que recordar que ya compitió anteriormente para la alcaldía capitalina y ahora se presenta a la presidencia por CREO.
La coalición URNG- WINAQ- ANN- MAIZ, la resquebrajada izquierda política guatemalteca, insiste con Rigoberta Menchú, quien ya fue candidata a la presidencia con muy escaso voto. Encuentro por Guatemala de nuevo menciona a la diputada Nineth Montenegro que ya en el pasado buscó la presidencia, mientras que se insiste en Mario Estrada por la UCN y Alejandro Giammattei, es mencionado una vez más.
Habría que preguntar por qué se da esta repetición de candidatos a la presidencia quienes en su anterior participación obtuvieron magros resultados. Todo parece indicar que en la época de la democracia mundial, los partidos políticos guatemaltecos se forman en la dictadura.
Por ejemplo: Mario Estrada alcanzó el 8.72%, (el efecto Portillo), mientras que para la señora Menchú, el Nobel no alcanza 3.22 % y Giammattei obtuvo el 1.05%, pues ningún carcelero tiene imagen para ser votado.
Los votos blancos y nulos alcanzaron el 11%. Los datos nos señalan que los tres candidatos apenas superan a los blancos y nulos que quedaron lejos de Pérez Molina, quien ganó la presidencia con un 36.10%.
En el proceso de la fría matemática nos podemos dar cuenta que estas personas que, según el editorial de elPeriódico, van a las elecciones, no tienen ninguna oportunidad de ganar la presidencia o vicepresidencia del país.
Es importante buscar la democratización de los partidos políticos para hacer viable, creíble y eficiente, la vida política en nuestro país como un paso a la creación de una nueva sociedad.
Si el candidato ya fue rechazado con un bajo nivel de votos, por qué insistir, negando la oportunidad a otros, que pudieran ser aceptados por el votante y con ello ir construyendo una verdadera sociedad política sana.
Las leyes deben trazar nuevas líneas en cuanto a los «dueños de los partidos» que ven en los mismos «su finquita» sin opciones para otros con capacidad para conquistar el voto.
Ya no existen cargas ideológicas, lejos ha quedado la «guerra fría» para hablar de izquierda y derecha. Esto favorece a partidos políticos, académicos, sanos, propositivos, sociales, pero ante todo humanos. Democraticemos los partidos políticos.