El controvertido presentador de noticias estadounidense Lou Dobbs, gran crítico con la inmigración ilegal, anunció abruptamente el miércoles que dejaba la cadena CNN que ayudó a fundar, tras años de feroz pelea con grupos de defensa de los hispanos.
«Algunos líderes de los medios y la política y las empresas me han exhortado a ir más allá del papel en CNN y (…) y a contribuir positivamente en la comprensión de los temas de nuestra época», anunció Dobbs en directo.
«Espero continuar haciéndolo con el lenguaje más honesto y directo posible», añadió.
De 64 años de edad, casado con una mexicano-estadounidense, Dobbs fue uno de los fundadores de CNN en 1980, primero como responsable de la información de negocios y luego con su programa diario de noticias nocturno.
Dobbs, que competía en un horario reñido con estrellas del periodismo televisivo más conservador y agresivo, como Bill O»Reilly de la cadena Fox, empezó a tomar un sesgo crecientemente antiinmigrante tras los ataques del 9/11.
En su programa «Lou Dobbs Tonight» que inició en 2004, tras haber abandonado temporalmente CNN, invitaba regularmente a destacados líderes antiinmigrantes de organizaciones como Minutemen (voluntarios vigilantes en la frontera), al mismo tiempo que dibujaba un país supuestamente amenazado cultural y demográficamente por los 12 millones de indocumentados.
Durante la pasada campaña presidencial llegó a acoger a comentaristas ultraconservadores que ponían en duda que el entonces candidato Barack Obama tuviera la nacionalidad estadounidense.
Siguiendo el estilo de sus competidores, Dobbs también dio cabida a sus críticos más duros para mantener debates de tono áspero, como un famoso encuentro que mantuvo con la presidenta de la organización hispana La Raza, Janet Murguía, en febrero de 2008.
«Lucharemos para que usted responda por promover un discurso de odio racial», le advirtió Murguía en su programa.
«O sea, ¿usted quiere que me despidan?» le llegó a contestar Dobbs en un momento dado, tras acusarla de no respetar el derecho a la libre expresión.
Dobbs se hallaba crecientemente cuestionado dentro y fuera de CNN, según analistas de los medios de comunicación estadounidenses.
La cadena de información está en continua pugna por mantener una imagen de integración política y racial en un país crecientemente polarizado en numerosos frentes.
Una coalición de organizaciones civiles lanzó en septiembre pasado una campaña pública, BastaDobbs.com, en la que además de rebatir los argumentos de Dobbs, presionaban a los anunciantes para que boicotearan el programa.
Aunque los responsables de la coalición explicaron este jueves en teleconferencia que no tenían cifras seguras sobre el resultado de ese boicoteo, según Laura Esquivel, de la organización Media Matters (los medios de comunicación importan), el impacto fue apreciable.
«Nuestra estrategia fue polemizar y educar a los anunciantes. (Ellos) no quisieron verse asociados con este tipo de discurso de odio», aseguró.
La tensión en el panorama político estadounidense creció apreciablemente en los meses pasados, a medida que avanzaba la reforma de los servicios de salud defendida por el gobierno de Barack Obama.
La Casa Blanca llegó a acusar públicamente a la cadena Fox de una cobertura inapropiada, y Obama no concedió ninguna entrevista a la emisora en una gran ronda de encuentros con la prensa.
Posteriormente la directora de comunicaciones del presidente, Anita Dunn, se desdijo de esas declaraciones.
Dunn abandonará su cargo a finales de mes, según el Washington Post.