Definirse como un gobierno seguidor de la política de gobierno del doctor Juan José Arévalo, es un insulto a la inteligencia. Ayer se produjeron cambios sociales de gran importancia en la vida de los guatemaltecos, con una filosofía definida no comunista, aunque la inquietud internacional y principalmente los EE.UU. así lo creyera, dado que no se quería aceptar que esa ideología tomara cuerpo en nuestro territorio, después del conflicto mundial recién terminado, ya con aquello les era suficiente. El doctor Arévalo dirigió y actuó en aras de un movimiento de liberación de nuestra economía maltrecha y de la gente oprimida en este país, y como filósofo y educador comprendió la necesidad de proteger al individuo y a las comunidades integradas. Hubo paz interna, no asesinatos, no impunidad, honradez y ética administrativa, no conocida antes y que fue desconocida después por los gobiernos que le sucedieron. Por favor ruego no insultemos al Gobierno de Arévalo y buscarle alguna semejanza con el total descalabro político-económico-financiero actual.