Luego de la convocatoria a elecciones, empiezan a concretarse los listados de candidatos a ocupar los distintos puestos de elección popular y entre ellos hay que destacar la importancia que para el ciudadano debe tener el Congreso de la República porque si realmente queremos que haya un cambio de fondo en nuestro sistema político, para afianzar la democracia, el mismo tiene que pasar por el pleno de los diputados y los partidos políticos tendrían que definir desde la misma campaña electoral su postura respecto a la necesaria reforma del Estado que, por supuesto, debe incluir la reforma del poder legislativo.
El problema hay que definirlo en pocas palabras: no se puede cambiar el sistema si los políticos actúan con la única misión de preservar sus privilegios e intereses. Y toda reforma requiere de la aprobación del Congreso de la República, por lo que en el esquema actual es fundamental que los ciudadanos obliguemos a los partidos a asumir un compromiso para hacer viable el proceso de transformación de nuestras instituciones.
Las leyes políticas tienen la característica de ser discutidas y orientadas con la visión de los caciques de los partidos que se ocupan y preocupan por asegurar sus privilegios más que cualquier otra cosa. Eso es algo que tiene que cambiar porque es indiscutible que hay un agotamiento del modelo actual, evidenciado por el deterioro de las instituciones que han perdido por completo su capacidad de actuar y dar respuesta a las necesidades de la población. El próximo gobierno encontrará un país con problemas acumulados y con instituciones incapaces de actuar porque la prédica de la reducción del Estado terminó engendrando un pequeño adefesio totalmente atrofiado hasta en sus funciones que los predicadores del mercado como panacea extrema señalan como esenciales, es decir garantizar seguridad y administrar justicia.
Hemos dicho que esta campaña no tendrá muchos matices en cuanto al contenido de la propuesta porque los financistas han marcado una agenda que es muy similar para todos los candidatos y nadie se saldrá del guión que les han impuesto. Pero una de las cuestiones importantes es que cada partido se defina en cuanto al papel que le asignan al Estado y cómo piensan hacerlo funcionar para que pueda cumplir sus fines. Sabemos perfectamente que todos darán enorme importancia al mercado como factor determinante de la economía, pero es fundamental que nos digan cuáles son las funciones que según cada una de las formaciones políticas tiene que desempeñar el Estado y que nos expliquen si a su juicio está en capacidad de desarrollarlas o si hay que introducir reformas y en qué debieran consistir éstas. No es mucho pedir a los políticos que sean claros en cuanto a ese tema que es crucial para el futuro del país.