El 29 de diciembre se cumplieron 14 años del fin del conflicto armado interno y la firma de la Paz, sin embargo, el déficit acumulado en el cumplimiento de los compromisos acordados, más bien, ha aumentado la deuda social. Los Acuerdos de Paz despertaron con razón, expectativas de la población que esperaba sirvieran para refundar el Estado y construir una nueva Nación. .
No obstante, 14 años después se puede constatar la falta de voluntad política de todos los gobernantes, la desarticulación de la institucionalidad de la paz, la dispersión y debilidad de la sociedad civil y el estancamiento e incumplimiento de los compromisos consignados en los acuerdos suscritos; esas fueron las conclusiones expresadas por un panel de expertos organizado por la Procuraduría de los Derechos Humanos PDH, quienes fueron precisos y claros al momento de criticar los escasos avances logrados hasta ahora. Asimismo, se recordó que algunos fondos entregados por la comunidad internacional para fortalecer el proceso de paz, fueron desviados de su propósito original, presuntamente malversados para beneficio personal de funcionarios públicos.
En el marco de esa conmemoración, el Procurador de los Derechos Humanos, doctor Sergio Fernando Morales Alvarado me distinguió, reconociendo mi trayectoria de lucha a favor de los derechos humanos en el país. Esta distinción que fortalece mis convicciones y principios, la recibo en nombre de todas las compañeras y compañeros que me han acompañado en esta ardua y necia tarea.
En mi discurso de aceptación, hice un breve recuento de más de 30 años de lucha por el respeto a los derechos de las personas y el combate a la impunidad. Así, desfilaron por mi mente imágenes y momentos difíciles, tensos e históricos en los que he participado, por ejemplo, cuando a mi retorno del exilio en 1987, fundé el Centro de Investigación, Estudio y Promoción de los Derechos Humanos CIEPRODH, luego, las intensas y candentes jornadas durante las sesiones de la Asamblea de la Sociedad Civil, las caravanas, desde las fronteras a la ciudad capital de Guatemala, acompañando a los retornados del conflicto armado interno; los continuos viajes bajo hostigamiento militar a las comunidades de población en resistencia CPR de la sierra y de la selva en Ixcán, Quiché y en Petén, para acompañar y apoyar sus demandas. Las históricas caminatas a las CPR para romper el cerco militar contra las poblaciones.
Los viajes a México en representación de sociedad civil para presentar propuestas a la Mesa de Negociación del Gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca URNG. La década de incidencia y cabildeos en la antigua Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra, las audiencias rígidas y solemnes en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, las sesiones testimoniales en el Tribunal Internacional de los Pueblos. Mi residencia en Costa Rica, para atender el cargo de Coordinador General de la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos en Centroamérica CODEHUCA. También pasaron como ráfagas instantáneas, los atentados a mi vida e integridad personal, el hostigamiento, los allanamientos y robos a mi oficina y residencia, las amenazas de muerte, la incertidumbre y angustia padecida por mi familia.
El reconocimiento citado, se llevó a cabo el 29 diciembre del presente, en el salón de actos de la PDH, ante funcionarios de la institución, del Consejo Nacional de los Acuerdos de Paz CNAP, comunicadores sociales e invitados especiales. ¡Feliz Año 2011!