Kilométricas distancias deforestadas y taladas, sin nada más que grama natural, pues ni potreros hechos existen, es todo lo que pude observar al recorrer Petén. Sin menospreciar tres o cuatro fincas, en donde se nota eficiencia y planificación el resto son el producto de una desmedida ambición por obtener dinero fácil.
Existe así un total y corrupto deseo por obtener dinero fácil, producto de los recursos naturales, que se autonombran renovables y que INAB y otras dependencias anuncian con bombos y platillos, y cuyo producto, la REFORESTACIí“N, no llega ni al 2% de lo destruido.
Complemento pues mi anterior colaboración con la necesidad de cambios substanciales en la conformación de los Consejos de Desarrollo, que deben tener su origen en las alcaldías municipales hasta llegar al más complejo que sería el Consejo Departamental, el cual por supuesto producto de una escogencia popular es el eslabón más grande de la Ley de conformación de los consejos, como fue su original idea y no como se acomodó a intereses partidarios durante el lapso a formar.
Se ha creado el concepto de que el Congreso debe ser integrado por abogados, falacia más que indicativa de nuestro grado de cultura, con el número de asesores existentes se debía integrar un Congreso polifacético, que viera todos los ángulos de necesidad; actualmente se conforma según el poder económico de los candidatos y no es posible seguir por esa ruta empedrada de intereses personales. Es una total deficiencia mental seguir con ese pensamiento, Petén es turístico y arqueológico básicamente, aunque puedan producirse otros productos; ¿el ganado podría ser?, si cumpliera su parte social, vender a precios de fácil acceso, para los más necesitados, como lo hiciese el general de las concentraciones de bicicleteros, con la carne de pollo en su oportunidad.