Es irrefutable que el técnico holandés Louis van Gaal se ha merecido cada euro que devenga.
RIO DE JANEIRO / AP
En tres ocasiones, la selección de Holanda se ha recuperado de una desventaja de 1-0 para ganar partidos en Brasil, y cuatro de los siete goles de la Oranje en los últimos tres cotejos han sido aporte de jugadores que entraron como reemplazos en el segundo tiempo.
«Nuestra fortaleza en esta Copa es que hemos demostrado que todos los que están en el banquillo pueden tener un gran impacto en el partido. Todos están afinados», consideró el delantero Arjen Robben.
Otro atacante, Klaas van Huntelaar fue el símbolo de las grandes variantes que tiene Holanda, durante el partido de octavos de final ante México. En su aparición de 21 minutos, puso el balón para la volea de Wesley Sneijder que empató el encuentro a los 88 minutos y convirtió el penal para la victoria, 120 segundos después.
Un ariete más, Memphis Depay, marcó la pauta sobre la contribución que podían hacer los suplentes durante el segundo cotejo de los holandeses en el Mundial, contra Australia. Van Gaal lo envió a la cancha para el segundo tiempo, y el joven de 20 años dio un pase para el gol de Robin Van Persie, que significó la igualdad, antes de anotar para que Holanda saliera victoriosa.
Van Gaal puede jactarse también de lo que hizo en el último partido de la fase de grupos ante Chile, en el que dos de los reemplazos anotaron los únicos tantos del encuentro.
«Tenemos un gran espíritu de lucha», dijo Sneijder. «El domingo, hasta el último minuto (del partido contra México) no tuvimos duda de que ganaríamos».
Van Gaal, de 62 años, tomará las riendas del Manchester United después del Mundial. Ante México hizo una apuesta arriesgada, al retirar de la cancha a Van Persie, el capitán y goleador histórico de la selección, a los 76 minutos. El cambio posterior en la táctica, implementado durante la pausa para rehidratación en el segundo tiempo, envió al campo a Van Huntelaar, que respondió de maravilla.