Decisión que ya es impostergable


La situación del tráfico en la ciudad de Guatemala ha llegado ya a niveles realmente insoportables que se convierten en un serio problema con implicaciones económicas, sociales y hasta emocionales para la población de esta congestionada región del paí­s. Cualquier obstáculo que se presenta es causa de embotellamientos de gran envergadura que ya no se limitan a las horas pico sino que se dan casi a lo largo del dí­a y aun en los dí­as de descanso.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Obras como las que se realizan en la Calle Martí­ y ahora en Los Próceres, convierten las calles en un infierno para los ciudadanos que se desplazan hacia sus lugares de trabajo o centros de estudio y se puede decir que son sacrificios temporales para mejorar la fluidez vial, pero la experiencia demuestra, como ocurrió con la obra que hicieron para beneficio de un centro comercial en la zona 10, que no hay tales mejoras sino que todo termina muy complicado.

La decisión que no puede seguir postergando la Municipalidad de Guatemala es la del sistema moderno de transporte masivo en la ciudad capital y para ello tendrán que iniciar con el gobierno central contactos para realizar una inversión que posiblemente rebase la capacidad del Municipio, pero que tiene que iniciarse sin tardanza, tomando en cuenta los muchos años que se requieren para la implementación de obras de tal envergadura.

Toda inversión que se hace en materia vial es apenas administrar aspirinas a un paciente enfermo de cáncer, puesto que el mal no se va a componer por muchos viaductos que se construyan ni, menos aún, con la contratación de más agentes de la Policí­a Municipal de Tránsito que, lamentablemente, se ven rebasados por el flujo de vehí­culos y se alocan de tal forma que lejos de dar fluidez al tráfico, lo terminan embotellando. Serí­a conveniente que el Alcalde se diera una vuelta casi a cualquier hora del dí­a, pero especialmente en la mañana, por las inmediaciones del que fue su colegio, el Liceo Guatemala, para ver los nudos que arman los agentes de la PMT y que hacen que la cola de vehí­culos llegue hasta más allá de la Embajada de los Estados Unidos y por el lado norte hasta el mismo estadio Mateo Flores. Las ví­as transversales también se embotellan porque llegan momentos en que los agentes se tupen de tal forma que rempujan, literalmente hablando, autos hasta que se quedan embotellados y sin salida para ningún lado.

Dada la cantidad de habitantes del área metropolitana se impone la construcción de algo más que el Transmetro que apenas sí­ atiende parte de la demanda en el sur de la ciudad. El sistema de buses no sólo es insuficiente sino que es tan inseguro que una de las primeras aspiraciones de cualquier habitante de esta región es comprar un pichirilo en cuanto lo permitan sus recursos y de esa cuenta estamos saturados de vehí­culos que son absolutamente necesarios por la carencia de un sistema eficiente de transporte colectivo.

Cada dí­a que pasa será más caro construir e implementar ese sistema, por lo que no puede seguirse esperando por algo que tarde o temprano tendremos que realizar. Ojalá que el Alcalde deje como legado a esta complicada ciudad el inicio de la implementación de un proyecto que es, a simple vista, totalmente impostergable.