Varios atentados en Irak y una nueva ola de enfrentamientos entre milicianos chiítas y fuerzas norteamericanas en el este de Bagdad dejaron al menos 69 muertos el martes, indicaron fuentes oficiales iraquíes.
Un coche bomba fuera de un tribunal de Baquba (60 km al noroeste de Bagdad), un bastión de la red fundamentalista Al Qaeda, mató a por lo menos 40 personas y dejó unos 80 heridos en el ataque más mortífero perpetrado en este país en un mes, anunció la policía.
Un médico del hospital local de Baquba, Ahmed Fuad, confirmó ese balance. «Por lo menos 40 personas murieron y en su mayoría son irreconocibles a causa de las quemaduras», afirmó.
Tres minibuses fueron destruidos y diez casas sufrieron daños a causa de la deflagración, comprobó un corresponsal de la AFP.
«Al menos 80 personas fueron heridas, entre las cuales había mujeres y niños», indicó.
Baquba, capital de la provincia de Diyala (centro), es una de las ciudades más peligrosas de Irak.
Desde principios de enero, las fuerzas norteamericanas e iraquíes lanzan operaciones contra los yihadistas en toda esa zona.
Poco después del atentado con coche bomba, un kamikaze detonó los explosivos que llevaba en un restaurante en Ramadi (100 km al oeste de Bagdad), matando a 13 personas, dijo el jefe de policía de esta ciudad.
El general Tareq al Yusef señaló que otras 14 personas sufrieron heridas en este ataque, que tuvo lugar alrededor de las 12H30 locales (09H30 GMT).
Ramadi era un importante bastión de los insurgentes sunitas en los años inmediatamente posteriores al derrocamiento del régimen de Saddam Hussein por la coalición militar dirigida por Estados Unidos, en 2003.
Pero desde que las tribus locales sunitas se aliaron con los militares norteamericanos, en 2006, para luchar contra Al Qaeda, el número de milicianos islamistas y los actos de violencia disminuyeron considerablemente.
Por otra parte, responsables de la seguridad en Bagdad indicaron que dos obreros murieron y dos policías fueron heridos al estallar una bomba en una ruta cerca de una comisaría en el barrio de Karrada, en el centro de Bagdad.
Más tarde, un coche bomba mató a una persona e hirió a otras seis, incluyendo a cuatro policías, también en Karrada.
Desde el lunes, más de 80 personas murieron en una nueva ola de ataques rebeldes en todo Irak, mientras las fuerzas de seguridad luchan en las calles con milicianos chiítas en el barrio de Ciudad Sadr de la capital.
Nuevos combates entre milicianos chiítas, en su mayoría vinculados al clérigo radical chiíta Moqtada Sadr, y fuerzas de la seguridad, dejaron seis muertos, indicó el ejército norteamericano.
«Las fuerzas de la coalición fueron blanco de disparos con armas livianas durante una operación en As Sudayrah, el martes de mañana», dijo esta fuente militar, refiriéndose a una zona dentro de Ciudad Sadr.
Las fuerzas de la coalición respondieron a esos tiros y mataron a tres hombres armados, agregó la fuente.
Poco después, las tropas estadounidenses pidieron apoyo aéreo mientras continuaban los combates, y en el posterior tiroteo murieron tres «combatientes enemigos» más, siempre según esta fuente.
Estos combates comenzaron cuando las fuerzas norteamericanas e iraquíes comenzaron operaciones en el gigantesco barrio de Ciudad Sadr para detener los mortíferos ataques con cohetes y obuses de mortero desde allí hacia la Zona Verde, donde se encuentran la sede del gobierno iraquí y la embajada estadounidense.
El ejército de Estados Unidos sostiene que entre el 23 de marzo y el 12 de abril, al menos 596 cohetes y obuses de mortero fueron disparados hacia la Zona Verde, muchos de los cuales erraron al blanco, matando a civiles iraquíes.
Cuatro norteamericanos, incluyendo dos soldados, perdieron la vida en esos ataques.