La eventual entrada de Albert Camus al Panteón, que alberga las tumbas de las grandes figuras francesas, ha generado un debate en Francia, donde el hijo del escritor se opone a esa propuesta lanzada por el presidente Nicolas Sarkozy, y su hija expresa sus dudas.
Sarkozy propuso el jueves que los restos del autor de «El extranjero» y «La peste» sean trasladados al Panteón, el monumento en el corazón de París que alberga las tumbas de las grandes figuras francesas, como Voltaire, Víctor Hugo, Zola, Pierre y Marie Curie, André Malraux y Alejandro Dumas, entre otros.
«Sería un símbolo extraordinario (…) llevar a Albert Camus al Panteón», en ocasión del 50 aniversario de su muerte, afirmó Sarkozy.
Pero los hijos del Premio Nobel de Literatura 1957, Catherine y Jean, no parecen muy convencidos con esa iniciativa, según los medios de comunicación franceses.
Mientras Catherine se dice «indecisa», fuentes cercanas a su hermano gemelo, Jean, aseguran que éste estima que ese traslado al Panteón no es conforme con la manera austera de vivir de su padre, y piensa incluso que, con su propuesta, Sarkozy busca sobre todo beneficiarse de la memoria del filósofo y novelista.
Según esas fuentes, citadas por el diario Le Monde en su sitio en la Red, Jean piensa que los restos de su padre – que nació el 7 de noviembre de 1913 en Argelia y falleció en Francia el 4 de enero de 1960, en un accidente de tránsito – deben permanecer en el cementerio de Lourmarin, el pueblo del sur de Francia donde está sepultado.
Ese traslado sería «un contrasentido», opina Jean, señalan las fuentes citadas por Le Monde.
Catherine, aunque estima que la propuesta de Sarkozy es un «buen símbolo», señaló el sábado a una emisora francesa «sus dudas» sobre esa iniciativa.
Recordó también, en declaraciones a la radio, que su padre padecía de «claustrofobia» y que «no le gustaban los honores», y dijo que no sabía cuál será «su decisión» sobre la propuesta del mandatario francés.
«Es algo complicado desde el punto de vista afectivo», dijo. Albert Camus «trató siempre de hablar por aquellos que no tenían voz. Desde ese punto de vista, es un buen símbolo». Pero «él era claustrofóbico. Y no le gustaban los grandes honores. Por eso, la cuestión no es sencilla», notó.
Dijo que pensaba también en todos aquellos que tienen «el mismo origen pobre» que su padre y su abuela, que trabajó como mujer de la limpieza.
«Mirándolo así, es un homenaje a todos aquéllos para los que la vida es una experiencia dura», dijo la hija, señalando que el problema para ella no es político, sino que tiene que ver sobre todo con la manera de ser de su padre.
«El problema, para mí no es político. Yo no recuerdo qué presidente trasladó los restos de Zola o Malraux, por ejemplo. Pero si hay personas que mantienen lo contrario, tal vez tengan razón», dijo.
El Partido Comunista francés también entró en el debate, opinando que Sarkozy, que «trató de instrumentalizar la memoria del joven resistente comunista Guy Mocquet, continúa intentando captar a las grandes figuras francesas con fines politicos».
Y Camus representa «la revuelta, la libertad, el combate por Argelia», afirmó el PCF en un comunicado divulgado el fin de semana, en el que recordó que para Camus, «una de las únicas posiciones filosóficas coherentes es la revuelta», según él mismo escribió en «El Mito de Sísifo».