Debaten sobre polí­tica exterior


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Los aspirantes a la candidatura presidencial del Partido Republicano expresaron anoche casi unánimemente su oposición a que se hagan profundos recortes al presupuesto de Defensa, atacaron al presidente Barack Obama durante un debate de campaña pero estuvieron en desacuerdo sobre el monto de recortes que se deberí­an hacer al Pentágono a fin de reducir el déficit y reparar la atribulada economí­a estadounidense.

WASHINGTON Agencia AP

El debate abarcó una amplia gama de asuntos, desde la amenaza de Irán hasta las armas nucleares y la ley antiterrorista, la guerra de Afganistán, las relaciones de EEUU con Pakistán y la polí­tica sobre inmigrantes que viven sin autorización legal en el paí­s.

Newt Gingrich, quien más recientemente ha emergido a la cima de la contienda por la candidatura republicana a la presidencia, opinó que no expulsarí­a a inmigrantes que estén en el paí­s sin permiso legal, pero que ya hubieran hecho una vida en Estados Unidos. Agregó que los republicanos no pueden decir que su partido está a favor de la familia cuando separa padres de sus hijos que nacieron en el paí­s y tienen ciudadaní­a.

Gingrich corrió el riesgo el martes de alienar a los conservadores con sus comentarios, en vista de que muchos conservadores se oponen fuertemente a otorgar residencia a inmigrantes que estén sin permiso legal en el paí­s, casi bajo ninguna circunstancia.

El ex presidente de la cámara baja en la década de 1990, dijo que si se suspenden las ventas de gasolina a Irán y se sabotean sus refinerí­as podrí­a ocasionar el colapso del gobierno y terminar con sus ambiciones nucleares. Agregó que bombardearí­a Irán sólo como último recurso y con el objetivo de derrocar al gobierno.

Este fue el segundo debate en menos de dos semanas sobre polí­tica exterior en una campaña dominada por los asuntos internos. Los republicanos ven la debilitada economí­a estadounidense como el punto más vulnerable de Obama.

Con apenas seis semanas antes de las primeras votaciones por la nominación, en la asamblea electoral de Iowa, los candidatos buscaban utilizar el debate para construir, o mantener, en el caso de Gingrich y Romney, el ex gobernador de Massachusetts, impulso.

Los aspirantes a la candidatura presidencial del Partido Republicano discutieron sobre hasta dónde puede Estados Unidos sacrificar libertades con tal de prevenir ataques terroristas.

Gingrich respaldó la ley antiterrorismo conocida como la Ley Patriota, aprobada luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001, la cual ha sido criticada por los defensores de los derechos civiles. El congresista Ron Paul, en cambio, advirtió que la ley «no es patriota porque socava nuestras libertades».

Paul ha chocado con otros contendientes debido a sus posturas, no sólo sobre la Ley Patriota, sino también por pedir que se recorte la ayuda a Israel, que se retiren las tropas de Afganistán y la despenalización de las drogas. El congresista tiene un sólido núcleo de gente que lo apoya y que admira su postura libertaria, pero no ha sido capaz de colocarse entre los primeros puestos en esta carrera por la candidatura.

Asimismo, Paul también está en contra de la corriente al apoyar amplios recortes en el presupuesto militar para reducir el déficit de la nación.

Romney, el ex gobernador de Massachusetts, se opone a los recortes y sugiere que el dinero que se le retire a la milicia podrí­a utilizarse para financiar los programas de salud pública de Obama, los cuales son muy repudiados por los republicanos. Agregó que los recortes podrí­an obstaculizar la adquisición de armas y otras fundamentales necesidades de defensa.

Romney ha liderado la contienda la mayor parte del año, pero no ha sido capaz de incrementar su apoyo a más del 25%. En tanto, diferentes rivales han emergido a la cima, sólo para después desaparecer. Entre ellos, están la congresista Michele Bachmann, el gobernador de Texas Rick Perry y el empresario Herman Cain.

Gingrich está cerca de la cima en las encuestas ahora, pero no es aún claro que pueda mantener su posición. Más allá de las cuestiones de sus divorcios, y romances extramaritales y asuntos de negocios, sus pasadas posturas ante el cambio climático y otros temas podrí­an ser vistos como demasiado moderados por algunos conservadores.

Con la excepción de Jon Huntsman, ex embajador en China durante el gobierno de Obama, los contendientes republicanos carecen en general de experiencia considerable en asuntos internacionales, por lo que el debate ofrecí­a la posibilidad de meteduras de pata.

La candidatura de Cain ya se vio dañada con una respuesta incoherente ante una pregunta de un entrevistador respecto de Libia.

En este debate, Cain dijo que apoyarí­a un ataque militar israelí­ en contra de las instalaciones nucleares de Irán sólo si estuviera seguro de que servirí­a.

Los debates han representado un problema particular para Perry, cuyas esperanzas de revivir su campaña fueron dañadas luego de un error que se convirtió en burla durante el debate pasado, cuando no pudo recordar los nombres de las tres agencias federales a las que querí­a eliminar.

En general, con un desempleo exorbitante y la debilitada economí­a que se recupera de la recesión, los candidatos han intentado llevar la discusión sobre polí­tica exterior a asuntos que repercutan en los bolsillos internamente.