Un menor de 13 años que se convirtió en uno de los asesinos de menor edad en Estados Unidos al matar a su padre, un neonazi, mientras dormía debería ser enviado a un centro de detención juvenil del estado a fin de protegerlo a él y a la ciudadanía, dijo un juez ayer durante una audiencia de sentencia.
Mientras el menor rubio de rostro infantil permanecía sentado en silencio en la corte, en ocasiones moviéndose inquietamente en su silla o garabateando en una libreta, Michael Soccio, fiscal adjunto de distrito del Condado Riverside, dijo que la gravedad del crimen que cometió a sus 10 años no puede pasar desapercibida.
El niño se encuentra en el centro de detención de menores del condado desde que asesinó a su padre pero estuvo tres meses en un centro estatal, donde fue evaluado para determinar dónde era más conveniente ubicarlo.
Su madre y sus abogados defensores desean que sea enviado a un centro residencial privado de tratamiento, donde la seguridad sería menos severa y la terapia más intensa.
Pero Soccio dijo que el chico necesita estar en un sistema de mayor seguridad, con rejas y puertas cerradas, donde recibe el tratamiento necesario.
«Necesita estar en un ambiente protector por su seguridad y la de otros», dijo el fiscal adjunto.
Abogados del menor han dicho que las creencias racistas de su padre lo convertirían en objeto de agresiones tras las rejas, pero el experimentado agente de libertad condicional George A. Valencia descartó esa posibilidad al argumentar que las personas que tratan de mantenerse lejos de problemas en centros de detención juvenil por lo general lo pueden hacer.
The Associated Press no ha revelado el nombre del chico debido a su edad. Fue hallado culpable de asesinato no premeditado.
El chico podría ser enviado a un centro de detención juvenil hasta por 10 años, si bien un funcionario del sistema de justicia juvenil que testificó dijo que podría recibir libertad bajo palabra en siete años, quizá incluso menos por buena conducta.
Se espera que el juez Jean Leonard, de la Corte Superior del Condado Riverside, dicte la sentencia al menor al final de la audiencia la próxima semana.
El asesinato de Jeffrey Hall atrajo la atención a nivel nacional debido a la edad de su hijo y a su afiliación a grupos neonazis.
El plomero desempleado de 32 años era un líder regional del Movimiento Nacional Socialista y organizó marchas neonazis en sinagogas y lugares de trabajo para jornaleros.
Hall había sostenido una reunión con su grupo en su casa un día antes de que su hijo, de entonces 10 años, lo matara el 1 de mayo de 2011.