¿De qué ha servido tanto subsidio?


Unidades del servicio urbano de transporte de pasajeros, estacionadas en un predio, permanecen sin circular debido a la violencia que afrontan diariamente. Constantes quejas de usuarios señalan que las camionetas no han mejorado su servicio, pese a que desde hace décadas gozan de un subsidio estatal, el cual, en menos de diez años, ya han recibido casi un millardo de quetzales. FOTO LA HORA: ARCHIVO

Desde hace poco menos de 30 años, el Estado ha asumido la obligación de subsidiar el servicio de transporte colectivo, con la idea original de mantener un servicio óptimo para los usuarios. No obstante, el sistema continúa arrastrando los mismos problemas, y el aporte gubernamental no ha incidido en las mejoras.

EQUIPO DE INVESTIGACIí“N
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Pese a que el subsidio lleva años siendo otorgado casi de manera ininterrumpida, el sistema de control del Presupuesto del Estado del Ministerio de Finanzas Públicas, sólo tiene registros desde el 2001, por lo que se basó esta investigación en esas cifras.

Hasta el gobierno de Alfonso Portillo, el aporte gubernamental se basaba en cifras de decenas de millones, sin embargo, desde la administración de í“scar Berger la cantidad creció a razón de una tasa exponencial, alcanzando ya cifras de centenas de millones.

Así­, en el 2001 el subsidio se acercaba a los Q37.5 millones y el año siguiente, se redujo a 20.4 millones. En el 2003, casi se triplicaba la cifra, alcanzando los 57 millones de quetzales.

En el perí­odo entre 2004 y 2007, el subsidio creció a pasos agigantados. Para el 2004, se redujo ligeramente con respecto al año anterior, fijándose en Q54 millones. Sin embargo, un año después la cifra creció en más de Q80 millones, aumentando en más del 100 por ciento. En términos aproximados, se ofreció de subsidio poco menos de Q129 millones.

Al año siguiente, siguió su aumento, con casi 160 millones, y para el 2007, casi los 200 millones.

Ya en el perí­odo presidencial de ílvaro Colom, quien antes de asumir prometió un análisis serio de la situación, el subsidio creció en más de Q140 millones, llegando a más de Q340 millones. Para este año, aún no se tienen cifras oficiales.

En total, desde el 2001 hasta el 2008, perí­odo en el que el Estado tiene cifras, el subsidio ha sumado 999 millones 204 mil 325 quetzales con 54 centavos (Q999,204,325.54).

Con ese casi millardo de quetzales «invertido» en el transporte, distintos sectores interesados en el tema, incluyendo a los usuarios como el eslabón más afectado, se preguntan si no hubiese sido mejor haberlo gastado en desarrollar un eficiente sistema de transporte, que aunque se llevarí­a al menos una década en construirlo, para este año quizá ya estarí­a por terminarse.

Pero la falta de previsión y el despilfarro de los recursos, ni siquiera han incidido en mejorar el deficiente sistema de transporte actual, lo que ha generado numerosas crí­ticas y quejas de los usuarios.

QUEJAS

Luego de una medición durante doce meses continuos, la Asociación de Usuarios del Transporte Urbano y Extraurbano (AUTUE) concluyó que el servicio que ofrecen las unidades de transporte urbano en la capital es muy deficiente, ya que en el perí­odo evaluado, el mismo no mostró ninguna mejora.

El resumen anual 2008 del índice de satisfacción de los usuarios del transporte público urbano, elaborado por la empresa 2dGt, a petición de la AUTUE, tiene como objetivo evaluar los niveles de calidad del servicio y de la atención que reciben los usuarios.

El estudio evaluó en cada mes, la percepción de 2 mil 500 usuarios sobre las condiciones fí­sicas de la unidad, la imagen del piloto y ayudante, así­ como la opinión de las personas sobre el área operativa del servicio.

Eduardo Herrera, director de 2dGt, señaló que el promedio general de satisfacción que mostraron los entrevistados sobre las 50 rutas evaluadas, fue de 60 puntos de una escala de uno a 100, lo cual, a criterio del entrevistado es considerado muy deficiente.

Para que el servicio sea aceptable, al menos deberí­a ser calificado en 70 puntos, sin embargo, si se considera la aceptación de 80 puntos que obtuvo el Transmetro, es posible que los usuarios reciban un buen servicio en la ciudad si se toman las medidas adecuadas.

Pí‰SIMO ESTADO

El promedio general que recibieron las 50 rutas en el aspecto relacionado con su infraestructura, es de 59.7.

La calificación incluye los aspectos que se consideraron en la evaluación fí­sica de la unidad, donde las peticiones de los usuarios fueron: que se reparen timbres, sillones, ventanas, puertas, pasamanos y que se coloque buena iluminación dentro del bus.

Los usuarios también consideraron que la limpieza de las unidades no fue la más adecuada, tanto en el interior como en el exterior de los buses.

Muchos de los autobuses fueron descritos como «demasiado viejos». Otro aspecto reiterativo en las respuestas de las personas entrevistadas se refirió a la eliminación de la música en la unidad.

Se detalló el funcionamiento de la unidad como el estado de las luces delanteras y traseras, los frenos, las llantas, entre otras, las cuales generan bastante preocupación.

SIN RESPETO

El principal señalamiento que se realizó contra el chofer y el ayudante del transporte urbano fue la actitud «muy abusiva» de ambos contra los usuarios.

Asimismo, las personas que hacen uso de más de una de las 50 rutas incluidas en el estudio, estimaron que el manejo prudente de las unidades debe ser uno de los cambios prioritarios.

Durante los viajes que las personas efectúan en la ciudad capital se han percatado con gran frecuencia que los conductores no respetan las paradas establecidas, hablan constantemente por teléfono celular, fuman en las unidades y burlan con insistencia las rutas determinadas.

El conclusión las personas consideran que en este asunto, los pilotos y ayudantes son poco cordiales cuando se relacionan con el usuario, por lo que lo calificaron con un puntaje que apenas alcanzó una calificación de 60.

DEFICIENCIA

Con relación al área en que operan y su desempeño durante el recorrido, los ciudadanos entrevistados para el estudio también perciben un deficiente servicio. Por ejemplo, se reprochó por el tiempo de espera de los buses en las paradas establecidas, el cual se incumple; la frecuencia de las unidades, el tiempo de recorrido, así­ como el incumplimiento de la ruta establecida.

A los usuarios les inquieta en gran medida, que la forma en que se conduce el autobús ponga en mayor riesgo su vida, ya que durante el trayecto se irrespetan las señales de tránsito, no se considera a las personas de la tercera edad que usan el servicio; así­ como tampoco se cobra la tarifa permitida por ley.