De puro milagro no estamos peor


Oscar-Marroquin-2014

Esta mañana escuché en el programa de Luis Felipe Valenzuela las reacciones que provocó el mortal ataque que ayer se produjo contra dos hermanas que se dirigían al INCA y fueron baleadas desde una moto. Entre los invitados estaba el señor Arkel Benítez, de quien me dicen es Viceministro de Gobernación a cargo nada más y nada menos que de la “prevención del delito” y tras escuchar sus torpes argumentos no pude sino sorprenderme de que recayendo en él esa responsabilidad, no estemos aún peor.

Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt


Lógicamente una de las cuestiones que más comenta la gente sobre ese crimen de ayer es el hecho de que el ataque se haya producido desde una motocicleta, puesto que es uno más de los tantos casos en los que se demuestra que la reforma que se hizo a la normativa de tránsito para regular a los motoristas es una absoluta inutilidad. El Viceministro se aferró a la idea de que la ley se está implementando y hasta dijo que por dos o tres ejemplos en contra no se puede decir que haya fracasado. Desde el momento en que dijo esa babosada hasta que llegué a mi oficina pasaron 17 minutos y en ese lapso conté 96 motoristas zigzagueando entre los automóviles o que no llevaban el chaleco distintivo. En el trayecto he de haber encontrado a unos doce agentes de la Policía Municipal de Tránsito y por lo menos a una radiopatrulla de la PNC, sin que ninguno se inmutara ni intentara siquiera advertir a los infractores.
 
 Pero el Viceministro de “prevención del delito” insistió que la ley se está cumpliendo y que hay remisiones que lo prueban. Lo único realmente probado y comprobado es que esa norma no se respeta en lo absoluto y que el automovilista siempre que se hace un alto o tiene un motorista a lado de su ventanilla o los ve pasar en zigzag como si tal cosa. Lo único probado y comprobado es que ni la PMT ni la PNC hacen absolutamente nada para forzar el cumplimiento de la norma. Lo único probado y comprobado es que los sicarios siguen matando gente desde las motos.
 
 Por ello coincido totalmente con el licenciado Marco Antonio Garavito en el sentido de que una ley que no se puede hacer cumplir mejor debiera derogarse para no seguir sembrando entre la población esa cultura del absoluto irrespeto. Nuestro Estado es brutalmente inútil hasta para las cuestiones esenciales de la seguridad ciudadana y la aplicación de la ley, pero se pone en absoluta evidencia cuando aprueba disposiciones que en otros países han sido totalmente efectivas para contrarrestar el crimen, como pasó en Colombia con las medidas para ordenar el uso de motocicletas, mientras que aquí son objeto de burla.
 
 Y cómo no va a ser tema de burla si el Viceministro a cargo de la prevención del delito se emperra en decir que la ley se está cumpliendo y que las autoridades la exigen. Al hablar no sonaba a ignorante, por lo que no puede uno sino concluir en que es un problema de cinismo y no de incapacidad para darse cuenta de lo que realmente pasa. Si no quieren admitir que son un fracaso para propiciar la seguridad, cómo diablos pretendemos que la situación mejore.