Casi 22 años después de haber ganado la Eurocopa-84 como número 10 de Les Bleus, Michel Platini, 51 años, se encontró de nuevo en el primer plano continental, esta vez en la piel de número 1 de la máxima instancia del fútbol europeo, como presidente de la UEFA.
Este nieto de obrero italiano de la construcción completa de este modo un recorrido increíble, después haber comenzado a patear un balón contra la puerta del garaje de la casa familiar en Joeuf, donde nació, en el noreste francés, para después ser jugador del Nancy, Saint-Etienne y Juventus de Turín, además de la selección francesa.
Posee todavía el récord de goles en la selección francesa, con 41 tantos marcados en 72 selecciones, además de tres balones de oro consecutivos (1983, 1984 y 1985), por lo que este viernes añadió una nueva victoria en su palmarés, en un terreno menos conocido (frente a un cuerpo de grandes electores) para él.
Al retirarse con 31 años, «Platoche» había descubierto nuevos aires de juego, como entrenador. Pero, tras una experiencia infeliz al frente de la selección francesa, eliminada en la primera ronda de la Eurocopa-92, el ex jugador se metió a dirigente.
Junto a Fernand Sastre, ex presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), copresidió con este último el Comité de organización del Mundial-98.
Ese mismo año, apoyó con éxito al suizo Joseph Blatter en las elecciones a la presidencia de la FIFA, lanzando a su lado el programa «Fútbol para todos, todos para el fútbol».
Consejero especial de este último en 1999, empezó a flirtear con el poder: vicepresidente de la FFF desde 2001, miembro de los comités ejecutivos de la UEFA y de la FIFA desde 2002.
Y el 15 de marzo de 2005, dio el pistoletazo de salida a su partido más difícil, declarándose candidato a la presidencia de l’UEFA.
El aprendizaje de la vida política le reservó algunas sorpresas. Cuando todo el mundo presentía un duelo contra el «Kaiser» Franz Beckenbauer, el alemán decidió finalmente no presentarse.
Por su parte, el presidente saliente, el sueco Lennart Johansson, de 77 años, presentó su candidatura, cuando había asegurado que se jubilaba.
Cuando Platini comenzó su gira electoral en agosto pasado por Moldavia, Armenia y Macedonia, los pronósticos no eran optimistas.
Sobre el papel, su joven edad -comparada a la de Johansson- y su pasado glorioso no tenían eco frente a las redes tejidas por el sueco, presidente la UEFA desde 1990.
Pero Platini supo cultivar amistades fieles y el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, le acordó públicamente su «simpatía» el 12 de enero en los locales de la FFF, y después el 25 de enero, ante los congresistas de la UEFA en un discurso oficial.
Su programa, que insiste en una «regulación más social que financiera», retuvo la atención de los «pequeños» países, entre las 52 asociaciones de fútbol que componen la UEFA (donde el voto de Armenia tiene el mismo valor que el de Alemania).