Los dirigentes de los partidos políticos están por suscribir, por enésima vez, un Código de í‰tica, que entre otros compromisos establece no a la violencia, hacer todos los esfuerzos para fortalecer sus controles e impedir que el narcotráfico y dinero proveniente de otras actividades ilícitas penetren sus finanzas; así como el control de armas de parte de sus afiliados durante los mítines, todo ello para garantizar una campaña electoral sin sobresaltos y sin víctimas fatales.
Este código surge como una necesidad, toda vez que la víspera del proceso electoral se ha tornado violenta y ha cobrado la vida de candidatos a puestos de elección popular, dirigentes y activistas, al punto que el oriente del país se ha convertido en un territorio sin ley, donde quien aspire a un puesto de elección popular se juega la vida ejerciendo política extrema, cuando éste es un derecho humano, cuyo cumplimiento debe ser garantizado por el Estado.
Precisamente en ésta edición, publicamos un recuento de las víctimas mortales, cuyas vidas ha sido segadas por la disputa del poder. Si así son las vísperas, ¿cómo será la fiesta electoral?
En este marco de violencia política es que los partidos se aprestan a asumir un compromiso, que si bien no garantiza el respeto a la vida que es el bien más preciado, por lo menos manifiesta su plena voluntad por no emprender ninguna acción que restrinja los derechos políticos propios y de sus adversarios.
En este listado de buenas intenciones, los dirigentes se comprometen a no utilizar recursos del Estado para financiar sus gastos de campaña. Ese compromiso parece ser motivado por el uso de los fondos públicos a que tiene acceso el partido oficial y que en la pasada elección general se demostró, que no sólo los utilizó a su favor sino que también financió a terceros, al punto que el anterior Contralor General de Cuentas fue sentenciado y se encuentra guardando prisión.
Por primera vez, los partidos políticos se comprometerán a dar a conocer al electorado sus planes de gobierno. Este es un compromiso que la ciudadanía debe exigir porque llegó la hora de votar de manera responsable, en base a planes de gobierno realista y congruente con las grandes necesidades de la población. El país lo demanda.
La Hora Política ve con buenos ojos la iniciativa surgida en el seno del Foro de Partidos Políticos e insta a los actores a demostrar con sus actitudes el compromiso que están por asumir. El proceso electoral es una fiesta cívica en la que los políticos deben dar a conocer su oferta electoral y los guatemaltecos estar concientes de la mejor opción.