En apenas unos días, la compañía española de tecnología Gowex ha pasado de ser un «milagro» en manos de un exitoso emprendedor a un fiasco que ha empujado a otras empresas al borde del precipicio en lo que ya se denomina el «efecto Gowex».
Madrid / Agencia dpa
Inversores, accionistas, acreedores y clientes de esta compañía que conecta a Internet de forma inalámbrica a más de 80 ciudades de todo el mundo son los principales perjudicados de un fraude que se ha mantenido a lo largo de varios años sin que ningún mecanismo de control lo impidiera.
«Casos de manipulación de cuentas han existido en todos los mercados, lo que tiene que hacer el regulador, en este caso el gobierno, es ir mejorando los procedimientos para que estas situaciones sean las menos posibles», señaló hoy desde Bruselas el ministro español de Economía, Luis de Guindos, quien anunció que el Ejecutivo legislará para evitar que el caso se repita.
Todo comenzó el pasado 1 de julio, cuando se hizo público un informe de la firma Gotham City Research, poco conocida hasta entonces, que valoraba los títulos de Gowex en cero euros y afirmaba que el 90 por ciento de los ingresos reportados no existían.
La información hundió a la empresa tecnológica en Bolsa y desató la incertidumbre en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), donde cotiza Gowex desde 2010 y en el que operan compañías de pequeña capitalización que se financian de forma alternativa para no tener que depender de créditos bancarios.
El «milagro» de esta empresa cuyo logo es un pulgar hacia arriba como símbolo del éxito, era un engaño, según se hicieron eco medios españoles. Tras descubrirse, su consejo de administración se vio abocado a solicitar el concurso de acreedores al no poder hacer frente a sus deudas.
Su fundador y dueño, Jenaro García Martín, trató en un primer momento de negar las críticas, defender la «sólida situación financiera» de su empresa y frenar la caída de las acciones, que se desplomaron un 60 por ciento en dos días.
Pero, ante la amenaza de la sombra de la Fiscalía Anticorrupción, pocos días después del demoledor informe de Gotham City Research, Gowex emitió un comunicado en el que reconocía la «falsedad» de las cuentas de los últimos cuatro años.
García Martín, de 46 años y licenciado en Derecho, era considerado hasta entonces uno de los emprendedores de referencia en España. Ofrecía entrevistas y conferencias y llegó a recibir varios premios importantes. Entre ellos, el que le entregó el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, el pasado mes de marzo.
Percibió fondos de diversos programas públicos para su empresa y hace apenas unas semanas fue retratado por el diario «El Mundo» en un reportaje especial sobre representantes de la generación del nuevo rey Felipe VI, nacido en el mismo año que él, 1968.
Ayer, tras 15 años al frente de Gowex, hizo pública su dimisión y acudió a un juzgado de guardia de Madrid para confesar que había manipulado las cuentas de la empresa durante al menos cuatro años.
«Realizada mi confesión voluntaria en los juzgados. Estoy dispuesto a asumir las consecuencias y a colaborar con la justicia. Encaro las cosas», escribió poco después en su cuenta de la red social Twitter.
La pregunta que se hacen algunos medios y analistas españoles es cómo el fundador de Gowex logró burlar los controles oficiales de organismos como el MAB o la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el supervisor de los mercados de valores.
«Es un personaje que se ha ido creyendo sus propias mentiras, por eso se hacía creíble», relató uno de los empleados al diario «El Mundo».
El último dato oficial de la empresa, a cierre del año 2013, es una deuda de casi 30 millones de euros (40.7 millones de dólares), según publicó «El Mundo». Sus cuentas, solo un año antes, presentaban beneficios de 28 millones de euros y una facturación de 182 millones, un 60 por ciento más que el ejercicio anterior.
Ahora, en la explosión de la burbuja de Gowex quedaron atrapados cerca de 5 mil inversores, según medios españoles. Entre ellos, grandes fondos de inversión españoles y extranjeros y pequeños accionistas que compraron títulos animados por los supuestos buenos datos de la empresa, que disparaba su cotización en Bolsa y cuyo negocio crecía año tras año.
El MAB quedó «herido de muerte»: la semana comenzó hoy con fuertes caídas para la mayoría de los valores que operan en este mercado alternativo y cuatro compañías pidieron salir de él para empezar a cotizar en el mercado continuo.
El escándalo también afectó a los clientes de esta empresa. Entre ellos, el gobierno de la región de Madrid y el ayuntamiento de la capital española, que hoy anunciaron la rescisión de sus contratos con Gowex.
La compañía tiene desplegada sus redes wifi en otras ciudades como Nueva York, Dubai o París. Sus planes de expansión a las principales ciudades Estados Unidos quedan ahora en suspenso: el responsable de Gowex en la región anunció hoy su dimisión, informó el diario «El País».