De cara a las elecciones 2015


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En septiembre de 2015, dentro de poco menos de dos años Guatemala estará sumergida en el proceso electoral para el período 2015-2019. No cabe duda que la fecha es importante porque los guatemaltecos elegiremos a los funcionarios que administrarán el aparato ejecutivo del gobierno central, a los miembros del Congreso de la República y no menos importantes a las autoridades municipales.

John Carroll


Sin discutir la legalidad o lo apropiado del hecho de que los candidatos y sus partidos ya iniciaron, desde hace meses, su campaña política, es importante ponerle atención a la cosa política del país si realmente queremos que las cosas cambien. 

En primer lugar hay que decir que la mayoría de los partidos políticos y sus miembros que participarán como candidatos tienen en este momento posiciones políticas importantes, algunos como funcionarios y otros como influyentes dirigentes de legisladores, alcaldes y concejales.  Esta situación debe de verse como una ventaja porque nos permite ver su desempeño político antes de ser elegidos en esos comicios del 2015.  Será importante que la sociedad siga de cerca los pasos, opiniones y acciones políticas de cada uno de los candidatos y sus organizaciones para poder anticipar con cierto grado de certeza cómo se desempeñarían en sus cargos de ser electos.

Otra acción importante y que cae dentro de la mínima responsabilidad de cada uno de nosotros es tratar de separar lo emocional y sentimental de lo racional y formal de las propuestas.  Es mi opinión que existe un acuerdo bastante generalizado en el sentido de que los mayores problemas de nuestro sistema son precisamente sistémicos y no de individuos.  Es una realidad que nuestro actual marco jurídico ha complicado de tal manera la aplicación de la justicia como una condición indispensable para el buen vivir entre nosotros, que la mayoría de crímenes quedan en total impunidad. Por lo tanto será necesario escuchar ofertas viables que ataquen los problemas sistémicos desde su raíz, es decir, alterando el sistema mismo.  Cambios bastante sencillos en nuestro sistema podrían resultar en mejoras enormes en  tiempos relativamente cortos.  El consejo es entonces que lejos de dejarnos llevar por propuestas superficiales como las de “más y mejor” o “X número de policías” o “X número de Kms” o peor aún, la bolsa, el fertilizante, o las transferencias, nos centremos en candidatos que estén dispuestos a correr el costo político de cambiar nuestras leyes para poder acercarnos más a un Estado de derecho.

Las reglas del sistema y los posibles y necesarios cambios que tenemos que sobrellevar  están principalmente en manos del legislativo y sabemos perfectamente que nuestro sistema de elección de diputados es un verdadero desastre pero siendo el caso que es el único que tenemos actualmente, no nos queda opción que tratar de elegir hombres o mujeres probas, con capacidad y una hoja de vida que podamos estudiar.  Informarse no es tan difícil como parece, basta con googuliar el nombre del candidato para enterarse más o menos en qué tipo de actividades ha estado involucrado y qué tipo de capacidades podría presentar.

Hemos tenido gobiernos de izquierda y de derecha, de corte populista y empresarial, algunos han sido mejores que otros pero en general todos los gobiernos de las últimas dos décadas nos han dejado insatisfechos de tal manera que podríamos decir que el único candidato que realmente nos puede conducir por un camino sensiblemente mejor es aquel que proponga y lleve a cabo cambios profundos de las reglas del juego, esperemos pues que este supuesto sea posible.  Se entiende, claro está, que existe una enorme frustración política en nuestra sociedad pero para bien o para mal la única forma de transformar la frustración en satisfacción es precisamente por medio de la participación política.