El primer ministro británico David Cameron enfrentaba el miércoles a los legisladores a quienes convocó a una reunión de emergencia en el Parlamento debido a un creciente escándalo por espionaje y sobornos y un día después de que el magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch negó ser responsable del escándalo que amenaza a algunas de las personas más poderosas de Gran Bretaña.
LONDRES / Agencia AP
Bajo la presión de esta creciente crisis, Cameron recortó una visita a ífrica y regresó a su país la noche de ayer para comparecer ante el Parlamento para responder a una sesión de preguntas que él mismo convocó.
El exdirector de comunicaciones de Cameron, Andy Coulson —un antiguo editor del tabloide ahora extinto News of the World— figura entre las personas que fueron arrestadas a raíz del escándalo.
Por su parte, el palacio de Buckingham informó que nunca le preocupó que la oficina del primer ministro hubiese contratado a Andy Coulson como su director de comunicaciones.
Coulson renunció a su cargo como editor del News of the World después de que el reportero de la realeza Clive Goodman y el detective privado Glenn Mulcaire fueron encarcelados por espiar a miembros de la familia real.
El legislador Chris Bryant afirmó hoy a la British Broadcasting Corporation (BBC) que algunos asesores de la corona se mostraron contrariados con la decisión de Cameron de haberle ofrecido empleo a Coulson después de que se vio involucrado en el escándalo del espionaje telefónico.
Sin embargo, tanto la oficina del primer ministro como el Palacio de Buckingham señalaron que las declaraciones de Bryant carecían de veracidad.
En la víspera, en una sesión de tres horas de interrogatorios con legisladores, Murdoch, de 80 años, insistió que su única culpabilidad fue haber confiado en las personas equivocadas en el diario News of the World y destacó que el diario era apenas una pequeña fracción de su amplio imperio de medios de comunicación.
Murdoch pareció a veces malhumorado, agudo, conciso y con respuestas algo imprecisas durante su comparecencia, en la que estuvo acompañado por su hijo y adjunto, James.
El magnate de los medios se refirió al interrogatorio en el Parlamento como «el día más humillante de mi carrera», pero se rehusó a asumir la responsabilidad personal de una crisis que causó el cierre de un tabloide y ha sacudido los niveles más altos de la policía, e incluso la oficina del primer ministro.
Murdoch dijo que se sentía «indignado, consternado y avergonzado» por las escuchas al teléfono celular de una colegiala asesinada que efectuó el tabloide News of the World, el cual fue cerrado y era de su propiedad.
Sin embargo, buscó subterfugios ante la sugerencia de que el diario sensacionalista tenía una criminalidad endémica, y dijo que carecía de pruebas de que víctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 hubieran sido blanco de alguno de sus periódicos, ni las familias de estas personas.
«La palabra endémica es muy severa, y muy amplia», dijo Murdoch. «Yo también debo ser cuidadoso en no prejuiciar el curso de la justicia que está en marcha ahora».
Murdoch dijo que él no es responsable del escándalo de las intercepciones telefónicas y que su compañía tampoco es culpable de omisión premeditada. Responsabilizó a «las personas sobre las que deposité mi confianza, pero éstas quizá también culpan a otras en las que depositaron su confianza
El miércoles la policía informó que había presentado cargos contra Jonathan May-Bowles, de 26 años, con un cargo de conducta que provoca hostigamiento, alarma o angustia en un lugar público. May-Bowles intentó agredir a Murdoch con un plato lleno de espuma para afeitar.
El escándalo ha cautivado al público desde Estados Unidos hasta Australia, la tierra natal de Murdoch, y se prevé que habrá más revelaciones pues apenas una fracción de las 3.870 personas cuya información como nombres y números telefónicos fueron hallados en los archivos de News of the World han sido contactados hasta ahora por la policía, indicó la vicecomisionada Sue Akers, quien dirige la investigación, en una declaración que presentó ante una comisión parlamentaria la semana pasada. Se desconoce cuántos de esos nombres estuvieron en la mira para ser espiados.
Murdoch ya cerró News of the World, renunció a comprar la mayoría de las acciones en una empresa de televisión vía satélite británica y aceptó la renuncia de dos altos funcionarios de su empresa debido al escándalo.
Murdoch insistió que no tiene planes de renunciar pero expresó sus disculpas a nombre de la división de periódicos de la News Corp., News International.
Murdoch fue tan influyente en la esfera política de Gran Bretaña que el ex primer ministro Tony Blair viajó desde el otro lado del mundo para garantizar su apoyo cuando lanzó la candidatura del Partido Laborista al poder en 1995.