Para la mayoría de guatemaltecos la fiesta navideña representa compartir con la familia, además es parte del asueto que casi todos esperan. Sin embargo, para otros no es igual.
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Existe un grupo de personas que pasan esta noche de singular forma, ellos son los cuerpos de socorro, quienes en lugar de festejar, atienden todo tipo de emergencia.
Apagar fuegos, salvar vidas, atender a víctimas de accidentes automovilísticos y trasladar a niños con quemaduras leves y graves, es parte de la rutina que los Bomberos Municipales y Voluntarios realizan los días 24, 25, 31 de diciembre y 1 de enero.
De acuerdo con José Rodríguez, socorrista municipal, quien estuvo de turno el 24 de diciembre, desde que inició el día no tuvo la oportunidad de descansar ni un segundo, debido a que estuvo en los preparativos de verificación de equipo y constante monitoreo de cualquier emergencia que pudiera cubrir, «Ese día no me senté ni siquiera un ratito», indicó.
NAVIDAD EN ALERTA
Según Rodríguez, pasados cinco minutos de las doce de la noche, cuando la gran parte de guatemaltecos intercambiaba regalos y abrazos, el socorrista trataba de devolverle la vida a una persona atacada a tiros en la zona 13, quien desafortunadamente falleció. «No me di cuenta que ya eran las doce», manifestó el bombero municipal.
El también portavoz de la institución bomberil destaca que lleva 32 años de servicio. Aunque reconoce sentir preocupación y un poco de nostalgia por dejar a sus hijos en esta fecha, señala que nunca ha pensado en abandonar esta labor altruista, que le permite alcanzar otras satisfacciones personales como «atender y ayudar a las personas que lo necesitan».
De forma parecida se refiere William González, de los Bomberos Voluntarios, quien trabajó la noche del 24 de diciembre. í‰l señala que esta labor no la toma como parte de su trabajo, sino como una vocación al servicio de la población.
González indica que muchas personas le han dicho que es mejor abandonar ese trabajo, el cual es arriesgado y cansado; sin embargo, indica que aunque está consciente que es una labor difícil está llena de experiencias agradables, sobre todo de servicio al prójimo.
El socorrista voluntario, quien también tiene una familia, destaca que una de las cosas más difíciles es dejar a sus seres queridos cuando podría compartir y celebrar con ellos, pero está consciente que allá afuera otros lo necesitan.
Existen varias opiniones sobre la labor que realizan los cuerpos de socorro, algunos le dan el calificativo de «heroica», ya que estas personas están dispuestas incluso a arriesgar su vida por otras.
Por su parte, los bomberos sostienen que es parte de su labor y del compromiso que adquirieron cuando aceptaron convertirse en socorristas.
José Rodríguez, de Bomberos Municipales, describe su labor como algo muy preciado, dice que siempre estará dispuesto a servirle a la población, no importando que su vida esté en juego.