Su interpretación metiéndose en la piel del piloto Niki Lauda en «Rush» le valió el aplauso de la crítica, además de varias nominaciones como actor de reparto en plena temporada de premios de Hollywood: primero el sindicato de actores (SAG), luego los Globos de Oro y la última para los Critics’ Choice Awards.
«Feliz y nervioso», el germanoespañol Daniel Brühl («Good Bye Lenin!», «Salvador») habla con dpa sobre sus planes para el futuro.
dpa: Enhorabuena por sus nominaciones en Hollywood. ¿Cómo se siente?
Brühl: Estupendamente. Me dejó sin palabras, fue una sorpresa total. Este año ha sido como una montaña rusa, tuvimos estrenos fantásticos con «Rush», como en septiembre en Toronto, y ya ahí nos dimos cuenta de lo buena que es la película y lo que gusta a la gente. En las últimas semanas volvió la calma, la cinta cayó un poco en el olvido, y en una etapa así uno no se espera nada. Por eso me quedé con la boca abierta por la nominación a los Globos de Oro y aún sigo sin palabras. Es mucho más de lo que jamás habría esperado.
dpa: ¿Qué espera ahora de la gala de los Globos de Oro?
Brühl: Que sea una noche fantástica. Estoy deseando sentarme allí junto a mis compañeros. Sé que no habrá premio para mí, lo tengo claro, ¡con esa competencia!
dpa: ¿Se plantea ahora mudarse a Hollywood?
Brühl: En absoluto. Soy muy feliz entre Berlín y Barcelona. Si hay una ciudad que me fascina y en la que podría imaginarme pasando una larga temporada en algún momento, esa sería Nueva York. A Los Ángeles me gusta volver cuando tengo que hacerlo por trabajo, pero no hay planes concretos de mudanza.
dpa: ¿Y nuevos proyectos en Hollywood?
Brühl: Hay opciones que es necesario considerar con tranquilidad. Pero es todo tan poco concreto que no puedo decir nada. Quiero frenar un poco después de este año, que ha sido tan intenso y con tantos viajes, y pensar con calma qué hago en el futuro.
dpa: ¿Una nominación como la de los Globos de Oro hace que se sienta más liberado o presionado?
Brühl: Siendo sincero, es absolutamente emocionante. Es fantástico. No sé cuántas veces en la vida uno tiene una oportunidad así, y cuando ocurre es sencillamente maravilloso. Sobre todo por una película con la que fuiste tan feliz, también en lo que respecta al trabajo. Y por la que trabajaste con compañeros excepcionales del sector. Entonces, te sientes locamente orgulloso de haber estado ahí. Y si encima ahora te honran, hace que te sientas feliz y emocionado.
dpa: Dice que quiere echar el freno, ¿tiene prevista una pausa larga?
Brühl: No, pero sí me gustaría hacer pausas más largas, porque hay otras muchas cosas que me llenan y quiero hacer. Por eso pretendo rodar sólo las películas que me interesen realmente. He filmado mucho en los últimos años y en algún momento te das cuenta de que hay otras cosas importantes. La vida privada y otras historias aparte. Sigo teniendo un restaurante en Berlín -el Bar Raval- del que estoy totalmente orgulloso y por ejemplo podría dedicarle más tiempo. Así que puedo esperar a que llegue un proyecto fantástico que me apasione.
dpa: ¿Más allá de eso, hay algún proyecto concreto del que pueda adelantarnos algo?
Brühl: Tengo muchas ganas de que el año que viene llegue probablemente a los cines la película que rodé con Wolfgang Becker. Después de «Good Bye, Lenin!» nos hicimos buenos amigos y esa fue nuestra siguiente colaboración. Actualmente estoy con un proyecto de Michael Winterbottom. La película se llama «The Face of an Angel» y estamos rodando en Italia. Pero sobre lo que vendrá el año que viene no puedo decir nada concreto.