Dando palos de ciego


Está bien, es aceptable que cualquiera, cuando empieza una labor tenga algunos contratiempos y problemas, pero está mal, ¡muy mal!, que el gobierno de Colom haya empezado dando sinnúmero de palos de ciego en asuntos de gran trascendencia para su administración como para el bienestar de la población. Por ejemplo, ¿habrá madurado con su vicepresidente, doctor Rafael Espada y con su ministro de Salud, doctor Eusebio del Cid, la importancia que tiene el cobro de aquellos gastos que pueden pagar algunos pacientes (claro, después de haber realizado el estudio socioeconómico respectivo) en los hospitales nacionales y en especial en aquellas unidades especializadas? Suena bonito decir -a partir de hoy ningún patronato podrá pedir donaciones a los enfermos y sus familiares pero, ¿quién garantiza que van a contar con el equipo, personal, instrumental, medicinas y demás cosas que va a requerir su tratamiento?

Francisco Cáceres Barrios

¡Nadie! Así­ como se oye, ningún miembro de la administración pública desde que tengo uso de razón se ha hecho responsable de nada. ¿Es qué los mentados patronatos, fundaciones, asociaciones o como se llamen no han sido de enorme utilidad para brindar mucho mejor servicio, el que antes no se prestaba? A mí­ me encantarí­a saber sobre qué bases, estudios, análisis e investigaciones se basaron para haber dispuesto interrumpir una práctica que habí­a venido dando buenos resultados. A las pruebas me remito, porque si algo puedo asegurar es que nuestras autoridades han sido por demás irresponsables ante las necesidades que han venido afrontando las unidades médico-hospitalarias, en donde al personal no le ha quedado otro remedio que chillar y patalear para que lo doten de lo indispensable hasta medio atender a nuestra población necesitada.

El mismo dí­a de la información empezaron a decir los directores hospitalarios que algunas de las pruebas de diagnóstico, como las tomografí­as por ejemplo, los usuarios tendrán que ver cómo las obtienen, porque el Ministerio y sus dependencias no tienen la capacidad para asumir los costos que eso representa. ¿En qué quedamos por fin, me quieres o no me quieres? Las entidades que han estado colaborando de una y mil maneras con los hospitales han gestionado y obtenido donaciones, comprado medicinas, equipos e innumerables cantidad de implementos para que los pacientes sufran siquiera un poquito menos de lo que como consta a todo el mundo, en nuestro paí­s es cuestión de todos los dí­as.

Será muy fácil que respondiera -bueno, si no quiere el Estado que lo ayuden nos iremos con nuestra música a otra parte pero, ¿y los pacientes y sus familiares qué?, ¿van a ser atendidos de verdad bien o no todos los polí­ticos son iguales, quienes para sus adentros se dicen que prometer nada cuesta?