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Unos cuantos centenares de personas participaron en las ceremonias organizadas en el norte de Bagdad para celebrar el aniversario de Saddam Hussein.

Unas 200 personas, en su mayorí­a escolares de 7 a 12 años, se reunieron en torno a la tumba de Saddam en Auja, su pueblo natal cerca de Tikrit, 180 km al norte de Bagdad, indicó a la AFP Ali al Nida, jefe de la tribu Baijat, a la que pertenecí­a Saddam Hussein.

Ali al Nida habí­a llamado a los sunitas a ser discretos en las manifestaciones e incluso a aplazarlas por razones de seguridad.

«Los niños de la provincia de Salaheddin quieren celebrar el aniversario del nacimiento del mártir Saddam Hussein cerca de su tumba», declaró por su lado Fatin Adul Qadir, que dirige una organización de juventud en la provincia.

«Lo consideran como su padre y depositarán una corona sobre su tumba, pero no velas, mientras que Irak se hunde en la oscuridad de la ocupación», agregó.

En Baiji, 200 km al norte de Bagdad, varios centenares de manifestantes con banderolas que proclamaban a Saddam Hussein «mártir de la Nación», no pudieron desfilar pues su barrio estaba bloqueado por las fuerzas armadas.

Al mismo tiempo, en la ciudad santa chiita de Kerbala, situada 110 km al sur de Bagdad, una ceremonia rindió homenaje a las 61 ví­ctimas de la represión por Saddam Hussein de la insurrección chiita de 1991, luego de la primera guerra del Golfo.

Los restos de las ví­ctimas, examinadas por el ejército estadounidense e identificadas, fueron exhumados de una fosa común en una base militar cercana, para ser enterrados con honores de «mártires», en presencia de unas 40 personas, personalidades y representantes de las autoridades.

Saddam Hussein fue condenado por crí­menes contra la humanidad y ahorcado el 30 de diciembre de 2006 a la edad de 69 años. Fue enterrado en un mausoleo en Auja, utilizado bajo su régimen para ceremonias fúnebres.

Muchos iraquí­es se regocijaron por la caí­da de Saddam Hussein después de la invasión estadounidense en marzo de 2003 y la mayorí­a de los miembros de su tribu y ex miembros del partido Baas, que estuvo antes en el poder, siguen honrando su memoria.

En cuanto a la violencia, 16 personas murieron el sábado por la mañana, de los cuales 14 fueron asesinados en Bagdad, entre ellos los cuatro empleados de la Media Luna Roja, en tiroteos, atentados con bomba y ataques con mortero.

Cinco personas murieron y una resultó herida cuando hombres armados dispararon contra su vehí­culo, en el barrio de Saidiya (oeste), indicó una fuente de seguridad.

Cuatro empleados de la Media Luna Roja murieron y tres resultaron heridos cuando su minibús fue objeto de disparos en Bayia (suroeste), agregó.

Tres personas murieron y 10 resultaron heridas, entre mujeres y niños, cuando obuses de mortero cayeron en el barrio de Risala, de mayorí­a chiita, en el suroeste de Bagdad.

Por otro lado, un obrero falleció en Zafaraniya (sur), mientras un civil murió cuando estalló una bomba en un mercado en Kazimiyah (noroeste).

Otras dos personas murieron al norte de la capital, en Samarra y Mosul.

En el centro de Samarra (norte), un policí­a iraquí­ murió a manos de desconocidos armados, indicó el teniente Ziad Ahmed de la policí­a de la ciudad.

Estos ataques ocurren pese a la aplicación de un plan de seguridad para la capital, en el marco del cual cerca de 80.000 hombres, estadounidenses e iraquí­es, son desplegados para luchar contra la violencia que ha causado más de 16.000 muertos en Bagdad en 2006, según Naciones Unidas.