El director de la agencia espacial rusa dijo el pasado martes que la radiación cósmica es la causa más probable del fracaso de una sonda espacial con rumbo a Marte que cayó a Tierra el mes pasado y sugirió que un componente importado de mala calidad podría haber sido vulnerable a la radiación.
Vladimir Popovkin dijo que, además, se postergó el lanzamiento de una nave hacia la Estación Espacial Internacional programado para el 30 de marzo debido a las fallas descubiertas en la cápsula Soyuz.
Las declaraciones resaltan los problemas sufridos por el programa espacial ruso en los últimos meses, incluyendo la caída en agosto de una nave de suministro de la estación espacial y la caída el mes pasado de un satélite de comunicaciones.
Desde que concluyó el año pasado la era de los transbordadores espaciales estadounidenses, las aeronaves rusas son el único medio para enviar y recuperar tripulantes desde la Estación Espacial Internacional.
La sonda no tripulada Fobos-Tierra debía haber llegado a Fobos, un satélite de Marte, donde tomaría muestras del suelo para traerlas a la Tierra, pero quedó atascada en una órbita poco después de su lanzamiento el 9 de noviembre. Cayó al mar el 15 de enero, al parecer frente a la costa de Chile, pero no ha sido recuperado fragmento alguno.
El fracaso fue un episodio embarazoso para Rusia y en un principio Popovkin sugirió que podría deberse a un sabotaje extranjero.
Empero, el pasado martes dijo ante las cámaras de televisión que según una investigación, la causa más probable fue «la influencia localizada de partículas espaciales altamente radiactivas».
Popovkin, que habló en la ciudad de Voronezh donde se entregó el informe al viceprimer ministro Dmitry Rogozin, dijo que dos unidades del sistema de computación a bordo de la sonda Fobos-Tierra pasaron a la modalidad de «reanudar» para conservar energía, al parecer debido a la radiación, mientras la sonda se encontraba en su segunda órbita.
No se aclaró por qué no se pudieron retirar las unidades de ese módulo.
Popovkin dijo que algunos microchips utilizados en la nave fueron importados y seguramente no reunían la calidad requerida para resistir la radiación. No aclaró la procedencia de los chips.
Yuri Koptev, exdirector de la agencia espacial que encabezó la investigación del Fobos-Tierra, dijo que el 62% de los microchips usados en la investigación fueron de «clase industrial», un nivel de un diseño menos avanzado al que debería ser utilizado en los viajes espaciales.