Uno de los mayores ríos del oriente de Bolivia inundó una decena de barrios de pequeña ciudad fronteriza en la amazonia y su alcalde dijo que dos gigantes represas que construyó Brasil cerca mantienen las aguas estancadas.
«Las aguas bajarían rápido como en otros poblados pero a 80 kilómetros de acá están dos represas de Brasil (Santo Antonio y Jiraú), entonces las aguas no corren. Las represas no son la causa pero la están agravando», dijo el sábado a la Associated Press José Alexander Guzmán, alcalde de Guayaramerín, a 700 kilómetros al noreste de La Paz.
Varias autoridades locales opinan que las represas de construyó Brasil cerca de su frontera con Bolivia agravaron las peores inundaciones en seis años que sufre la región amazónica boliviana donde miles de familias han sido evacuadas a albergues temporales.
Incluso el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, dijo esta semana que el «reflujo» de aguas por efecto de las represas podría ser la causa de «inundaciones significativas» en regiones fronterizas con Brasil. «Las aguas que discurren desde Bolivia golpean las represas y retornan a territorio boliviano», dijo.
Guayaramerín es una ciudad de unos 50.000 habitantes emplazada en la margen izquierda del río Mamoré tributario del río Madeira en Brasil donde fueron construidas las dos usinas, cuyas aguas nacen en la cordillera de los Andes en Bolivia.
La crecida del Mamoré inundó las calles de la ciudad de otras poblaciones vecinas que el sábado permanecían aisladas y rodeadas por un mar de agua.
El gobierno no ha hecho ningún reclamo a Brasilia pero el canciller David Choquehuanca anticipó que el tema será expuesto a su colega brasileño Luis Alberto Figueiredo cuando éste visite Bolivia el 7 de abril.
Guzmán también atribuyó al complejo hidroenergético de Brasil la caída en la pesca en su región y dijo que el gobierno boliviano debería reclamar una compensación de Brasil.