Es cierto que Guatemala tiene que alentar y facilitar la inversión extranjera y que para ello deben darse facilidades al inversionista y se deben garantizar reglas de juego claras, pero cuando vemos casos como el de la ya fatal explosión ocurrida en una planta de la empresa Zeta Gas, es imperativo entender que más allá de la inversión extranjera y sus beneficios para el país están cuestiones prioritarias como puede ser la seguridad ciudadana. Y es que es evidente que hubo una falla seria en los mecanismos de seguridad y por ello se produjo el brutal estallido de gas acumulado en el ambiente luego de la fuga de un camión cisterna.
Según la legislación guatemalteca, la fuga podría tener una sanción que no pasaría de los cuarenta mil quetzales en concepto de multa, suponiendo que se estime que todo el gas de la pipa se fugó. Pero los daños al final resultan irreparables porque ya se perdieron tres vidas como consecuencia de un descuido que no puede repetirse y que obliga a replantear la ubicación de aquellas plantas donde se trabaja con producto tan volátil y altamente explosivo.
Algunos podrán decir que si a estas alturas se exige que la planta de Zeta Gas sea trasladada en aras de la seguridad se están cambiando las reglas de juego y afectando a la inversión extranjera, pero es que las reglas utilizadas para autorizar la instalación de esa planta evidentemente no eran las correctas, si es que no fueron maliciosamente manoseadas, extremo que ahora deberá investigar el Ministerio Público en el curso del trabajo que le compete realizar.
Y creemos que es del caso exigir a las autoridades que hagan una nueva y profunda evaluación de las condiciones de seguridad existentes en todos los lugares donde se almacena gas propano, sobre todo aquellos que significan riesgo para particulares por la exposición de viviendas o carreteras públicas a eventuales fugas. Sobra decir que la seguridad es el elemento crucial y más importante a considerar en todo este tema y que ninguna precaución sobra cuando se trata de evitar la pérdida de vidas humanas.
Existen mecanismos de seguridad que se observan rigurosamente en las plantas de almacenamiento de gas y obviamente los mismos fallaron ahora cuando se estaba trasegando el combustible a una cisterna de gran tamaño cuya válvula de seguridad había sido cambiada pocos días antes. No olvidemos que lo que pudo haberse quedado en un delito de lesiones culposas es ahora un delito de múltiple homicidio culposo y el Ministerio Público debe actuar para que, probado el delito, los afectados puedan iniciar las acciones pertinentes para lograr el pago de la responsabilidad civil correspondiente.